Hola mi gente de hive, hoy domingo amanecí nostálgica, en época de navidad todos los días pienso en mi familia y más este año en el cual no puedo viajar a visitarlos, esta mañana recordé las navidades cuando era pequeña e íbamos donde mi mitaia (mamá de mi mamá), ella nos preparaba de desayuno un mojo con leche y huevo que era el preferido de mi pitoteyo (papá de mi mamá), ahora lo dos ya fallecieron pero esas mañanas son inolvidables, el olor a la leche recién ordeñada y a la mantequilla, son imágenes y olores que nunca voy a olvidar. Luego de la muerte de mi mitaia, mi mamá empezó a prepararnos este mojo y de esta manera aprendí hacerlo, como fue en lo primero que pensé esta mañana al despertar decidí hacerlo para desayunar y es la receta que les compartiré el día de hoy.

Para prepararlo necesitamos: 1 taza de leche líquida, 3 huevos, una cucharada de mantequilla y sal al gusto.

En una olla agregamos la leche, mantequilla, sal y dejamos hervir.

Mientras hierve, batimos los huevos.

Al hervir, bajamos el fuego al mínimo y agregamos los huevos poco a poco mientras mezclamos con movimiento fuertes, fue muy difícil para mí tomar las fotografías al mismo tiempo que agregaba los huevos.

Con el fuego al mínimo seguimos revolviendo sin pararnos en ningún momento hasta que la mezcla tenga una consistencia cremosa. Debemos tener mucho cuidado de no pasar la cocción ya que se puede cortar la leche y no va quedar como queremos.

Al tener la consistencia deseada apagamos el fuego y podemos enfriar a baño de maría, me gusta hacerlo de esta manera porque en una ocasión me había quedado bien pero al bajar del fuego y dejar en la olla con el calor de la misma se paso de cocción y se me daño la preparación, por esa razón ahora hago este paso, cosas que se aprenden con la experiencia.

En particular me gusta así de cremoso, si deseas puedes agregar un huevo más y quedaría más espeso, pero para mi es perfecto de esta manera, así le quedaba a mi mitaia.

Lo disfruté con una arepa frita y mi respectivo café negro, no se imaginan que sentí mientras estaba comiendo, era como regresar muchísimos años y estar en los Andes. Fue un placer haber compartido con ustedes mi historia y mi receta familiar, espero les haya gustado.

Hello my people of hive, today Sunday I woke up nostalgic, at Christmas time every day I think about my family and more this year in which I can not travel to visit them, this morning I remembered Christmas when I was little and we went where my half (mother of my mother), she prepared for breakfast a mojo with milk and egg that was the favorite of my pitoteyo (my mother's father), now both of them have already died but those mornings are unforgettable, the smell of freshly milked milk and butter, they are images and smells that I will never forget. After the death of my half, my mother began to prepare this mojo for us and in this way I learned to do it, as was the first thing I thought about this morning when I woke up I decided to make it for breakfast and it is the recipe that I will share with you today.

To prepare it we need: 1 cup of liquid milk, 3 eggs, a tablespoon of butter and salt to taste.

In a pot we add the milk, butter, salt and let it boil.

While it boils, we beat the eggs.

When boiling, we lowered the heat to a minimum and added the eggs little by little while mixing with strong movements, it was very difficult for me to take the pictures while adding the eggs.

With the heat to a minimum, we continue stirring without stopping at any time until the mixture has a creamy consistency. We must be very careful not to cook since the milk can be cut and it will not be as we want.

When we have the desired consistency we turn off the heat and we can cool it in a bain-marie, I like to do it this way because on one occasion it had been good for me, but when lowering the heat and leaving it in the pot with the heat of it, the cooking happened. and my preparation was damaged, for that reason now I do this step, things that are learned with experience.

In particular, I like it so creamy, if you want you can add one more egg and it would be thicker, but for me it is perfect this way, that's how it looked to my half.

I enjoyed it with a fried arepa and my respective black coffee, you can't imagine what I felt while I was eating, it was like going back many years and being in the Andes. It was a pleasure to have shared with you my story and my family recipe, I hope you liked it.