Es que somos tan sensibles a las criticas y comentarios que pareciera que tienen más control sobre nosotros mismos, esta debería de ser una cátedra en clases, aprender a valorarnos ignorando a otros, ése sería un arma bajo la manga ante cualquier mal intensión que se pretenda hacia nuestra existencia. A mi me ha costado bastante asimilar ese hecho sobre todo en años de plena adolescencia cuando nuestro entorno es prácticamente un nido de comentarios y criticas, hablo cuando nos exponemos a la vida en la etapa estudiantil. Lidiar con amistades e incluso tu propia familia.
A medida que fui creciendo aparte de seer acosada por bullyng escolar, del cual pude escapar por suerte y ayuda de terapeutas, entonces mi cuerpo comenzó a crecer un poco, a cambiar para engordar , bueno eso dio pie para recibir fuertes criticas, lo sorprendente es que era más por parte de mi familia, fue tanto lo que se dijo que hasta llegaron a pensar que estaba embarazada a escondidas. XD Con todo ese peso tuve que cargar, ya hasta me parecía inútil ir a visitarlos para evitar ese tipo de comentarios cuando el origen es que me gusta comer mucho y por algunas razones u otras comencé a aumentar de peso, pero listo sólo eso, ya un poco más madura comencé a aceptar ese tipo de conversaciones con ellos tornándolas a chistes, me decían algo y les seguía la corriente por que recuerdo que me sometí a fuertes y drásticas dietas que dañaban mi salud.
Comencé a ignorar lo que me decían
Cuando la mediocridad de los demás comienza afectar nuestra tranquilidad estamos perdiendo el control sobre nuestra fuerza y estabilidad, conllevando a desequilibrios mentales que se convierten en pesadillas existenciales, hasta hacernos polvo, de verdad. Yo estuve traumada de todo ese tipo de habladurías por parte de mi familia se podrán imaginar entonces el resto de las personas y si quería estar bien entonces debía aprender a ignorar y a aceptarme tal como soy para poder salir de ese estado fatal de no querer ser quien era para convertirme en un estereotipo agradable ara ojos de otros.
- Dejé de hacer caso a lo que ne decían.
- Comencé a usar la ropa que quería sin miedo
- Dejé de hacer dietas drásticas
- Cuando me decían algo referente pues ni les respondía, solo sonreía y les decía hay cosas peores con que debemos lidiar.
Una vez que puse en practica varias de esas cosa, de manera gradual comencé a retomar mi estabilidad mental y sobre todo el mismo peso, porque el estrés me daba ansiedad de comer y eso producto de lo que se decía de mi. Así que no hay mejor medicina que la píldora de ignorar para alumbrar un camino placentero para vivir amando cada peldaño, cada pedazo y cada forma de nuestro ser, hay cosas que podemos mejorar de nuestra vida pero por iniciativa propia sin tener que hacerlo para ser aceptados por otros, las sediciones las debemos tomar por cuenta propia, en ocasiones necesitamos de consejos pero de personas que quieren aportar a mejorar no de destructores que hacen mas daño que el tangible .
Soy una gordita feliz
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