¡Hola amigos hivers! Estoy celebrando una vuelta más al sol y tuve la dicha de pasar mi día especial junto a mis padres y a pesar de la cuarentena también junto a mis vecinos, que desde que tengo uso de razón, son los amigos más grandes que esta familia ha tenido.

A pesar de vivir tiempos difíciles, ellos se la arreglaron para que mi día no pasara por debajo de la mesa, y vaya que ya sin el confinamiento la vida en Venezuela está bastante fuerte, pero gracias a Dios, aún se pueden disfrutar buenos momentos cuando hay buena voluntad.

El caso es que al caer la noche me puse a pensar en todo el esfuerzo que hizo la familia para poder hacer esta pequeña reunión y me pregunté: ¿Por qué celebramos nuestros cumpleaños? Y es una pregunta bastante valida, porque adicional al hecho de que el tiempo es relativo, prácticamente es como si estuviéramos celebrando que cada vez nos deterioramos más 🤣 Y sí, ya sé que estoy exagerando, aunque muchos deben coincidir con esta opinión.

Lo poco que sé sobre la historia de los cumpleaños es que se remota al antiguo Egipto. Cada año hacían una celebración pero era para conmemorar el tiempo de mandato de los faraones.

Poco a poco esta tradición se fue infiltrando en otros pueblos, como los babilonios, que lo hacían para rendir culto a sus dioses. Estos últimos fueron quienes inventaron la torta a base de harina, miel y cereales y la hicieron circular para homenajear a la luna.

La última de las primeras tres tradiciones que hasta hoy se conservan la agregaron los griegos, quienes colocaban velas al rededor de la torta. Las dejaban prendidas hasta que se consumieran y mientras más duraba la vela encendida más prosperidad habría para ese Dios y sus súbditos.

Fueron los romanos durante su tiempo de gloria donde comenzó haber variantes en los cumpleaños, ya que comenzaron a celebrarlo desde los reyes hasta cualquier hombre que tenga un cargo importante dentro de la política, pero jamás a las mujeres.

Con la llegada del cristianismo se fue extendiendo la tradición a partir del siglo cuatro, cuando se comenzó a celebrar la navidad, que era el cumpleaños de Jesucristo. Y por lo que he investigado, fueron los alemanes los primeros en colocar las velas sobre el pastel. Por cierto la idea principal es usar el número de velas de tu edad, jeje. Sé que ya casi nadie respeta eso. En mi pequeña torta solo hubo dos velitas como pueden ver en la imagen de arriba. También fueron estos últimos quienes comenzaron a apagar las velas para que la cera no dañara la torta.

Por supuesto toda esta historia que les he contado puede tener muchas variantes. Esto es algo de lo que conozco de la historia de los cumpleaños, aunque no tengo la información completa. Pero ya para responder a mi pregunta inicial, sabemos que no tenemos por qué celebrar los cumpleaños. De niños quizás llegamos a creer que es una obligación, aunque depende de tu niñez por supuesto.

Las personas realmente celebramos el cumpleaños por amor al prójimo. Lo celebramos porque estamos felices de que esa persona exista en nuestras vidas, y ya que no somos famosos buscamos la forma de hacerlos sentir mucho más especiales ese día en particular, es como un pequeño homenaje.

Para mí fue muy grato y una gran bendición saber que aunque todos los días luchamos por conseguir el alimento del día debido a la nefasta economía venezolana sumada a la cuarentena, mis papás, mis amigos y hasta mi hermano y mi cuñada que están pasando el confinamiento en otra ciudad hayan buscado la forma de celebrar mi día, acompañado a demás de un riquísimo pastel casero.

Eso se llama amor, y ese es el significado de celebrar un cumpleaños, porque incluso cuando planificamos nuestro propio cumpleaños estamos pensando en el prójimo.

Con estas líneas ya me despido esperando que les haya gustado mi relato. Gracias a todos los que me han leído hasta el final, y si tienen una anécdota de cumpleaños puedes hacérmela saber en los comentarios.

Para finalizar quiero compartirles mi foto más valiosa de ese día, donde estoy con mis viejos. Gracias a Dios puede decir que a mis 29 años aún los tengo conmigo, con mucha salud y amor para mí. Todas las fotos se tomaron con mi Samsung S3 entre los 5 invitados a nuestra intima celebración... ¡Hasta la próxima!