el silencio que esconde una mirada/ the silence that hides a look

Mi mirada se quedó penetrando la tuya, no puedo creer que la vida te haya puesto nuevamente frente a mis ojos, ya era mucho el tiempo que había pasado desde la última vez que nos dijimos adiós.

Y a pesar que te tenía en frente, esta vez fue diferente, la magia se había perdido, y es que entiendo que todo fue parte del hechizo en el que me hiciste caer.

Maldigo la hora en que te cruzaste en mi camino y me dijiste las palabras exactas que yo quería escuchar, aquellas que no era yo capaz de darme y por ende la buscaba desesperadamente en cualquiera.

Y es que eso fuiste para mi, una persona cualquiera, pero lamento haberlo visto muy tarde, justamente cuando ya habías pasado por mis brazos.

Inmediatamente me puso a recordar como te fuiste metiendo tan sigilosamente en mi vida, te mostraste indefensa, vulnerable, como si fueras una victima del mundo, que inocente fui, no pude ver que todo formaba parte de tu plan macabro de mostrarte como una pobre alma desvalida.

Me repudio mil veces por haberte prestado atención.

Y justamente hoy, que nuevamente la vida te puso en mi camino y puedo verte como realmente siempre fuiste desconozco hasta tu rostro, transfigurado, tan común y corriente como alguien más.

Sin embargo, meses antes quedé hechizado por tu belleza, una belleza ficticia, porque la verdadera belleza viene del alma y no del exterior, supongo que tuve mucha culpa en eso, que te veía con otros ojos, aquellos que me hicieron creer que era afortunado por el sólo hecho que te fijaras en mi.

Justamente en mi, me sentí tan maravillado que me hayas escogido entre tantos, que ingenuo fui, porque no pude ver que caí como las presas que caen en la tela de araña de los insectos más mortales, aquellos que se ven llamativos a la vista de los otros justamente para buscar llamar la atención de sus víctimas.

Sé que me costará perdonarme, por haber sido tan imbécil, de no ver lo que estaba más allá de lo evidente.

Sin embargo, así como sale el sol cada día, cada día nace la posibilidad de ser mejores y eso es lo que estoy intentando ser después de tu partida.

Si supieras todo lo que descubrí de mi a través de la vulgar y breve participación que tuviste en mi vida.

Fuiste muy inteligente, no lo puedo negar, supiste exactamente cuales eran las rajaduras de mi alma y buscaste hacerme creer que las estabas sanando cuando en verdad me estabas clavando un puñal más grande que mis propias heridas.

Pero eso es lo que le pasa a los que no hacemos la tarea de descubrirnos, y eso fue lo que me pasó a mi, buscar descubrirme en los ojos de alguien que estaba más ciego que yo, pero mira como buscabas brillar, no con luz propia sino con tanta iluminación artificial y barata.

Verte hoy es como simplemente actualizar la fórmula de mis anteojos, te veo tan nítido, de una manera tan clara que sólo puedo admitir que fuiste el precio que tuve que pagar por buscar caminos fáciles, por llenar vacíos que sólo me correspondía llenarlos a mi, pero no contigo ni con nadie sino conmigo mismo.

Y aunque no sé lo que estarás pensando, doy gracias porque no eres capaz de leer mi mente, aunque a veces quisiera que tuvieras esa capacidad, nada más para que veas lo insignificantemente notoria que eres en mi vida.

Hoy el silencio de las palabras que sólo resuenan en mi mente sólo puede decirte en mi mirada que ... no eres nadie.