Hola, amigo Manclar. Ayer le escribí a una amiga que está lejos y pasando por una difícil situación que la vida nos cambia en un segundo y puede que haya una sorpresa a la vuelta de la siguiente esquina. Y yo tuve mi sorpresa hoy... por inesperada... Pero algo sencillo: fui a la bodega a comprar y pasaron unos niños vendiendo "pan andino para pagar el sábado". Ella compró uno - grande - y me comentó "Estos son sabrosos para comerlos con leche ¿Quiere pan?" Le dije que mi.presupuesto "ahorita no está pa' eso". "Ya vengo" dijo y regresó con dos vasos de leche, uno para ella y otro para mí y me dio un generoso pedazo de pan. Le di las gracias y dije "Una sorpresita que me tenía Dios" ¡Una grata sorpresa!