Me transportaste de una vez a esos tiempos de niñez, corriendo descalzo por las calles de mi paso real allá en Guárico, sin preocuparnos por las diferencias entre nosotros. Esos días eran dorados, cuando éramos felices y no lo sabíamos.
Me transportaste de una vez a esos tiempos de niñez, corriendo descalzo por las calles de mi paso real allá en Guárico, sin preocuparnos por las diferencias entre nosotros. Esos días eran dorados, cuando éramos felices y no lo sabíamos.