Un viaje incómodo

in Hive Mexico25 days ago

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Estaba realmente incómodo en el autobús, Estas vacaciones empezaron mal, de que era transporte terrestre de lujo, si que lo era, pero no para todos. Los asientos eran grandes y reclinables y había mucho espacio para pasar, pero en el lugar pequeño que me dejaron a mí no me permitía ni estirar las piernas. Ya estaba ansioso por la primer parada, a ver si tenía la oportunidad de cambiar mi asiento. Dos horas más tarde ya traía dormida las piernas y me empezaba a doler la cintura, mis articulaciones endurecidas me seguían doliendo a pesar de que las movía constantemente, por supuesto en momentos me quedaba dormido, pero una vez que despertaba otra vez tenía dormida las manos y para colmo en ese lugar tan estrecho.

La primera parada al fin llegó, se trataba de un pueblo mágico en donde las casas estaban pintadas de colores brillantes, el mercado estaba lleno de flores y de olores de las comidas recién preparadas. Debo decir que al principio no tenía hambre, pero con la caminada y con tanto que ver y esos deliciosos aromas, me dio hambre más rápido de lo esperado. Disfruté muy a gusto unas deliciosas quesadillas con jugo de naranja y al final pedí una taza de café que estaba realmente fuerte y aromático.

La primera campanada para regresar al camión sonó a lo lejos, apenas si alcancé a oírla. No quise esperar a que sonaran las otras dos, Caminé rápidamente para ganar un mejor asiento. Para mi sorpresa encontré a mi hermana en uno de los reclinables que estaba frente al bar del camión, me alegré mucho de verla. Cómo vendría de distraído que no me había dado cuenta que viajábamos juntos. Ella me había comentado que quería tomar este tour pero no me imaginé que habríamos elegido la misma fecha. Después de platicar un rato sonó la segunda campanada, fue entonces cuando llegó una chica que se puso furiosa al ver que su lugar estaba ocupado. Yo le dije que las reglas eran que cada quien podía sentarse donde pudiera y que todos habíamos estado de acuerdo en eso y que precisamente por eso había subido el camión en la primera campanada, pero ella insistió en recuperar su asiento. Con todo el alboroto que teníamos se acercó uno de los organizadores del evento para tratar de hacerle entender a la chica que yo estaba en mi derecho, pero aún asi ella se negaba a entender las reglas por lo que nos invitaron a bajar del camión para discutirlo sin perturbar a las demás personas. Al final mi hermana fue la que se encargó de convencerla, subió rápidamente al camión para separar los lugares mientras yo compraba algunos recuerdos y por supuesto un par de bolsas de café...


Historia corta y pintura

@saulos