Hola amigos.

Mirando estas fotografías, apreciando cada detalle, los relieves y las sombras, decidí editarlas en blanco y negro.Empezamos la semana con una entrada en #monomad

Cada toma resaltaba más los detalles que aquella embarcación o mejor dicho velero, nos dejaba ver en la otra orilla de la ría.

La cámara nos da una perspectiva que el ojo no puede apreciar en la distancia.

El farol de la nao se alza orgulloso de su color plata, labrado por algún artesano platero de otros tiempos y lugares.

Podemos apreciar hasta la bombilla que sustituyo a la mecha el aceite y el fuego.

Siempre con una meta, la de dar luz en la oscura noche.

Kilómetros de cuerdas retorcidas y anudadas, siempre mimadas por su importancia para la buena travesía.

Como telas de araña se trasforman en otra cosa.

La araña teje con su hilo y los marineros tejen con el cáñamo retorcido y tenso.

Vemos los portones de los cañones.

Suponemos que estuvo en alguna batalla, quizás fue un barco de piratas abordando alguna fragata.

Todo eso me sugieren estas fotografías, tomadas en la lejanía.

Cuando un velero atraca en mi ciudad, una ciudad moderna con mucha historia naviera.