Quitando la curiosa presentación (que definitivamente fue la caña de pescar perfecta para atrapar a algunos), la verdad que la idea de usar niveles para un juego de ritmo de esa forma está bastante genial, y tiene ese mismo toque especial que Taiko no Tatsujin en usar unos pocos botones y una petición simple a plena vista...solo para fulminarte con el ritmo de los botones en las canciones y dificultades más altas.
Definitivamente un juego de ritmo entretenido y que tiene como engancharte, tanto por la presentación (en los niveles gente, en los niveles) como en los controles y las canciones.