Hola amig@s Hivers, ahora mismo les saludo desde la casa de mi mamá culminando la semana con una visita familiar, aunque sé que para otros la semana está en pleno comienzo por las diferencias horarias y todo lo que significa estar aquí en el movimiento crypto y la monetización dentro de la tecnología en la cual todos los días parecen ser iguales.

Sin embargo para algunos desprenderse de ese estilo de vida ha sido algo cuesta arriba y más si fuimos criados en este país donde lo familiar juega un papel preponderante entre sus habitantes por cuestiones tradicionales.

Hablando de familia y visitas me permito contarles una que realice el fin de semana pasado a un sitio que conocía por primera vez en compañía de varios amigos, está es la casa materna de alguno de estos. Su mamá estaba un poco quebrantada y en medio de la camaradería decidimos ir a visitarla y acompañarlos durante la tarde del domingo a ella y a su esposo.

Hacia mucho tiempo que no visitaba estos lados de la ciudad aunque realmente es otro municipio, ubicado en una zona de buena altitud delatada por su fresco clima. Haciendo memoria creo haber ido dos o tres veces a visitar una atracción natural ubicada por suerte bien cerca de la ciudad de Barquisimeto, el parque nacional Terepaiama el cual cuenta con un basto terreno que alcanza hasta ser parte de dos estados.

Cada vez que teníamos planes de subir al parque nacional nos preparabamos muy bien para estar a tono en lo físico, en lo mental y en la indumentaria con cada mochila a llevar. Recuerdo grandes caminatas que comienza a pie de montaña por una extensa carretera con una inclinación bastante marcada.

Luego de 3 horas es posible sentir un clima de bosque húmedo adornado de lado y lado por grandes arbusto pintados con un verde luminoso que cautiva cada instante de tu mirada. Es como si la montaña te diera una bienvenida rodeado en su totalidad por su flora mágica.

Es como si fuese llegado al parque nacional Terepaiama.

Llegamos a una calle bastante normal, no presté mucha atención en realidad. Al entrar fue como pasar por un arco de luz que nos condujo a otra dimensión, la impresión fue tremenda al observar cada milímetro de espacio adornado por algún árbol ornamental de distintas especies. Los colores con combinaciones especiales en los que cada paso era acompañado de alguna sorpresa.

Definitivamente hice conexión con el sublime parque nacional Terepaiama ese mismo que abría las puertas de su santuario del mismo modo, una brisa refrescante luego de la larga caminata acompañado de su vestido verde que viste cada rincón en el norte, el sur, el este y el oeste.

Un día especial al lado de amigos y los dueños de este rincón mágico ubicado en plena ciudad, eso sí, a orillas del Gran parque nacional Terepaiama. Por ser mi primera vez tomé solo algunas fotos rápidas, en verdad no quise incomodar y pues no podía saber sus reacciones. Realice algunas ediciones, espero puedan disfrutarlas así como lo hice preparando este trabajo para ustedes. ¡Saludos!