Son las siete menos cuarto de una calurosa tarde de julio, el ventilador barato comprado en el supermercado gira con un ruido ensordecedor , lo único que hace es remover la plasta dejada por la Dana a primera hora de la mañana. Se hace insorportable la habitación.
En minutos aparecerá por la puerta de casa, tras un día duro de trabajo, se quejará por todo, de su jefe, de sus compañeros , de que no he tirado la basura, de que no le he cambiado la arena al gato, de que la compra que he hecho es una puta mierda para lo que me he gastado.
Ya no puedo más , solo tengo ganas de huir y mandarla con sus padres a su pueblo , para que se relaje y me deje unos días en paz, que pueda quedar con mis amigos y emborracharme hasta perder el conocimiento sin tener que mantener las formas con ella o con los tarados de su familia.
No entiende el sacrificio que hago, su egoísmo no le deja ver más allá de sus propias inseguridades y circunstancias, pero que culpa tengo yo, solo me desvivo por ella, pero nada parece cubrir sus necesidades, siempre alerta, inquisidora, estoy harto, cansado , hastíado...
Ya no la veo ni hermosa, me gustan más las que veo por la calle, me gustan más las que veo por las redes, mis clientas, todas me gustan más. Ella ni me toca y yo ya desistí hace mucho.
Me frustra mucho esta relación, pero aposté y soy hombre de convicciones recias, me educaron para no arrojar la toalla, para pelear hasta la última gota de aliento, que las cosas no son fáciles y la vida en el matrimonio se puede volver una lucha en la que siempre pierden ambos.
No voy a dejar caer tantos años de sacrificio, pero necesito aire, recargar , que nos distanciemos para cogernos con ganas y volver a la cama como siempre, volver a nuestras charlas, a nuestras risas, a nuestra complicidad extinta últimamente.

Siempre debemos luchar por lo que queremos, y en el matrimonio más aún. Luchar por mantener la armonia, empatía y comprensión... es algo que valdrá la pena siempre.
Me gusta el relato! Realmente convivir con alguien tiene sus buenos y cansados momentos.
Buen relato , saludos
No estoy casada, pero he tenido experiencia observando el matrimonio de mis padres. Ciertamente, el matrimonio no es nada fácil, una vez mi madre me dijo que no solo se trata de amor y lealtad, sino que debes en cuanto algunas discusiones y platos rotos o jarrones, todo se trata de solucionar juntos todo. Así discutan, así tengan problemas, siempre deben irse a la cama perdonados y después de haber hablado de lo que sucede. Se lucha día a día. Espero tu apoyo, soy nueva en el medio.