Que fácil es decirle feliz Navidad a un niño, pero que difícil es decírselo a un adulto que ha perdido a alguien o esta lejos de sus afectos o que este en absoluta soledad.
En lo personal creo que la Navidad es un renacer de esperanzas, es recordar que algo mejor nos espera y es volver a tener la pureza de aquel niño que se levantaba con la ilusión de encontrar un regalo debajo del arbolito.
En mi caso son varias las personas las personas que no podré volver a tener en mi mesa, también tengo afectos a miles de kilómetros de distancia, pero a todos ellos los siento muy cerca de mi corazón. Y hoy a diferencia de aquel niño pequeño, disfruto de mis seres queridos cercanos con mayor intensidad, desde lo simple y con todo el amor que puedo brindarles.
Y a ustedes mis lectores gracias por su compañía y desearles una feliz Navidad y si alguno de ustedes tiene algún dolor que no le permita una feliz Navidad completa, ojalá que mis palabras les sirva en alguna medida de consuelo. Y si se sienten solos escríbanme que estaré aquí para ustedes.