La mirada de Hitchcock
Cuando joven había visto, obligado, dos o tres películas de Hitchcock: Psicosis, Los pájaros, La ventana indiscreta y Vértigo. Siempre había sido amante de las comedias, por eso, tal vez, cuando le decían para ver una película de terror, buscaba excusas para no ir. Se excusaba diciendo que aquel género oscuro no era para él y que prefería los filmes más suaves y ligeros.
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Pero Andrés no contaba con enamorarse de Mariana, una estudiante de arte, fanática del buen cine. Al principio, Andrés no vio ningún inconveniente en acompañar a su novia a los estrenos cinematográficos y quedarse en la sala de cine hasta que terminaran los créditos o discutir con ella sobre guiones, dirección, banda musical y hasta de aceptar que muchas comedias eran de muy poca factura.=:XIX:=
El problema comenzó cuando un antiguo novio de Mariana le regaló un afiche de Alfred Hitchcock y esta lo puso en una de las paredes del cuarto. Aunque le hizo ver lo extraño de tener esa imagen en la habitación mientras hacían el amor, Mariana no se inmutó y prefirió dejarlo justo ahí: cerca de la cama.=:XIX:=
Desde ese momento, no solo la vida sexual de Andrés sufrió un colapso, también su existencia general, ya que no solo mientras estaba en la cama veía esa mirada penetrante de Hitchcock, sino cuando iba al baño se acordaba de Psicosis, o cuando veía un pájaro posarse cerca de la ventana, sentía el terror de tener cerca aquellos seres emplumados. Su situación de pánico llegó al punto de que dejó a Mariana y unos días después, cuando casualmente encontró al ex de ella, percibió una sonrisa perturbadora que lo hizo estremecer y alejarse de él rápidamente.
Pero Andrés no contaba con enamorarse de Mariana, una estudiante de arte, fanática del buen cine. Al principio, Andrés no vio ningún inconveniente en acompañar a su novia a los estrenos cinematográficos y quedarse en la sala de cine hasta que terminaran los créditos o discutir con ella sobre guiones, dirección, banda musical y hasta de aceptar que muchas comedias eran de muy poca factura.
El problema comenzó cuando un antiguo novio de Mariana le regaló un afiche de Alfred Hitchcock y esta lo puso en una de las paredes del cuarto. Aunque le hizo ver lo extraño de tener esa imagen en la habitación mientras hacían el amor, Mariana no se inmutó y prefirió dejarlo justo ahí: cerca de la cama.
Desde ese momento, no solo la vida sexual de Andrés sufrió un colapso, también su existencia general, ya que no solo mientras estaba en la cama veía esa mirada penetrante de Hitchcock, sino cuando iba al baño se acordaba de Psicosis, o cuando veía un pájaro posarse cerca de la ventana, sentía el terror de tener cerca aquellos seres emplumados. Su situación de pánico llegó al punto de que dejó a Mariana y unos días después, cuando casualmente encontró al ex de ella, percibió una sonrisa perturbadora que lo hizo estremecer y alejarse de él rápidamente.
Excelente relato, el final estuvo genial. Te felicito y deseo feliz tarde.
Gracias por tu lectura y comentario, amigo!
Saludos @nancybriti
Texto narrativo corto que satisface cabalmente el género. Bien hilado convierte una anécdota en una historia.
Muchas gracias por su valoración y respaldo, amigos
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Muy sexual fue la situación que huyó por los ojos del bisturí descifrando cada clímax.
Felicitaciones.
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