Hoy me he levantado con un estado de ánimo muy bajo, diría que es uno de esos días en los que al mirarme al espejo veo que la vejez se denota claramente en mi rostro y sé que de forma automática lanzo una sonrisa recordando mis años de juventud.
Sé que todo aquello vivido durante mi vida he acumulado una serie de aprendizajes y experiencias que están conmigo día a día.
He escrito algunas palabras en una pequeña libreta junto a tantas cosas que me llegan a diario en mi mente, muchas veces al despertar en la madrugada llegan y llegan cosas a mi mente y las escribo, algún día serán de utilidad para alguien que las sepa apreciar, es por ello que algunas de ellas las quiero compartir con ustedes.
Sobre la vejez:
“Llegar a los 50 no significa tener la tercera edad, significa tener la edad más maravillosa que Dios no ha podido regalar”.
“Mi vientre paso por una madurez tan hermosa dando vida a dos, ahora se ha quedado dormido recordando ser aquella cuna”
“Envejece el rostro, la mirada pero nunca los sueños”
“La tranquilidad de ser adulto me ayuda a interiorizar y a valorar cada instante de la vida”
“En el mes de mayo apagare otra vela, otro día; esperanzada en el nuevo amanecer”
“Debo aceptarme, y poner toda la confianza en lo que aun puedo lograr”
“Mi juventud espiritual me enseña todos los días, que la pasión con la que vivo cada día, cada momento son los que mantienen mi esencia interior”
A veces me digo “Marys debes salir de estas cuatro paredes y seguir sonriendo, aunque ya estos momentos de tranquilidad que vivo sean igual de importantes”
Aunque en ocasiones sienta miedo, intranquilidad y angustias, pido a Dios me llene de gracia y aleje todo aquello que me pudiera estar perturbando.
Termino citando la Biblia lo siguiente:
En Deuteronomio 5:16 “Honra a tu padre y a tu madre, como el SEÑOR tu Dios te ha mandado, para que tus días sean prolongados y te vaya bien en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da”.
Mis amigos, un fuerte abrazo para ustedes y que Dios los Bendiga.