Somos seres mediocres y mediatizados con un mínimo de capacidad de acción. Hasta la voz nos han quitado. Lamentablemente hay muchos que siguen creyendo en seres carismáticos e instituciones quemadas y sobrepasadas por la realidad como los trasnochados partidos y sus personeros. Un nuevo paradigma quizá signifique no solo un Estado-gobierno, sino en paralelo un Estado ciudadano con autonomía.