Es tan patética y dura la realidad que han vivido las mujeres de nuestros países (pienso de, además de Venezuela, en México, Guatemala, Colombia, por citar tres), recogida en tu relato que la recrea desde tu imaginación creadora. Y pensar que no se puede simplemente decir: ¡se hará justicia!, pues cuántos casos esperan por ella. A veces solo queda esta voz en el desierto. Gracias y abrazos, @nancybriti.
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Siento que tenemos una deuda enorme con aquellas mujeres que se fueron sin avisar y a la fuerza. En el cielo debería existir una oficina de quejas para ello. Ni una más. Abrazos