En un día cualquiera cuando me enteré de tu partida,
la tristeza tocó a mi puerta para dejarme una herida abierta,
las lágrimas no dejaban de salir esa madrugada,
le convencí que en algún momento entrarías de nuevo por la puerta.
Imagen en pixabay by chermitove
Las noches de espera se volvieron eternas,
aún recuerdo los momentos que pasábamos desde niños,
hacían que viviera en una lucha interna,
pero el tiempo no logró nunca apagar ese cariño.
Eres mi hermana, la que me enseñó a cuidar de una dama,
a la que protegía y por todos lados buscaba,
esa la que día a día me escribe que me ama,
la que con optimismo y una sonrisa siempre me llamaba.
Después de largos años te volveré a ver,
mi corazón late con locura después que tanto esperé,
te daré un abrazo fuerte y dejaré mis lágrimas correr,
te presentaré a mi campeón de tí yo siempre le hablé.
Nunca dejé de pensarte ni de pedir a Dios día a día por tí,
aunque escogiste tu camino para ayudar a los que amas,
al reencontrarnos ya no te voy a dejar ir,
mis días ya no estarán llenos de soledad nunca más.
Cuento los días, las horas y los segundos,
quiero que llegue el día para verte nuevamente,
tu sonrisa y chistes iluminan mi mundo,
en reencontrarte es lo que piensa mi mente.
