El Halo (parte 7) / The Halo (part 7)

in Cervantes3 years ago

imagen.pngFuente/Source


Separador rojo.png

Español


Separador rojo.png

El Halo (parte 7)

A decenas de miles de años luz de GB01, en un remoto planeta, iluminado por una brillante estrella blanca azulada, tres naves sobrevolaron un antiguo monumento sobre la cumbre de una escarpada montaña, la cubierta de una de las naves, humeaba por una gran abertura, claramente dañada por el impacto de un arma de plasma.

Los tres extraños objetos en forma de ovoide aplanado, como un panqueque mal hecho, flotaron silenciosamente alrededor de la cumbre, coronada por las ruinas de lo que parecía un atemporal templo. Se mantuvieron ahí por algunos minutos, luego de los cuales, el humo que brotaba del aguijoneado costado de la nave dañada, dejó de manar y la enorme abertura, empezó a cerrarse, como una herida que sana aceleradamente. Luego de esto, las naves se elevaron verticalmente, tan silenciosamente como habían llegado y se perdieron en medio del inconmensurable cielo.

Bajo el monumento, la montaña en la que se erigía, no se trataba de una formación geológica como cualquier otra, no eran rocas, no era el producto de movimientos tectónicos, o del afloramiento de la violencia proveniente del manto de magma de aquel mundo. Aquella montaña era el producto de la muerte. De millones de años de explotación y muerte de criaturas cuyo único propósito es el de existir, sin ninguna otra pretensión. Aquella montaña era una pila de cadáveres, cuya conciencia, ya casi extinta, era parasitada para alimentar el aparato militar de una cultura que sólo conocía una forma de existir, sobreponerse a cualquier costo, a todo lo que amenace o parezca amenazar su existencia.


Ya habían transcurrido doce horas, desde que Edith había escuchado cantar a los cristalodermos, su lamento resonaba en su mente, no se trataba de una canción hostil, no era una llamada de odio o repudio, no sintió rechazo o violencia venir de aquella inaudible melodía, no sintió agresividad en aquel resonar que atravesó su cuerpo, haciendo vibrar sus huesos y vísceras. Sólo sintió melancolía, dolor, el llanto de millones de años de angustia y desdicha.

―Maldición debo estar volviéndome loca ―dijo, levantándose de su estrecho lecho, donde había intentado, sin éxito, dormir, las últimas cuatro otras.

―¿Puedo ayudarte en algo Edith? ―le preguntó la sombría voz de WILBUR.

―No WILL, es sólo que no puedo dormir …―respondió ella ―. Es ese lamento…, ese sonido…, no puedo sacarlo de mi cabeza.

―Las lecturas de tu implante cortical, indican actividad en la amígdala, el septo lateral y el hipocampo, coincidentes con estados de ansiedad o angustia ―dijo WILBUR.

―Lo sé, no sé qué me pasa …―dijo Edith, resoplando como si le faltara el aliento ―. Es como si una inmensa soledad me agobiara, siento como si me hubiesen arrancado algo …― dijo en voz entre cortada ―. Ya se que es lo que pasa …, pero no puedo entenderlo …, no puedo ..., es …, es …, ―dijo, rompiendo en llanto, su voz se ahogó por completo, convirtiéndose en balbuceos, mientras las lágrimas inundaban sus ojos ―. Están llorando, de nuevo están llorando…,

―Lo siento Edith, tu actividad cerebral está seriamente alterada, deberé sedarte ―dijo WILBUR ―. Por favor recuéstate.

Pero Edith, no pudo recostarse, la sensación de angustia que tenía era tan desesperante, que sus músculos no respondían, el pánico la paralizaba por completo, sólo conseguía llorar, mientras dejaba escapar desesperados y desgarradores lamentos, que eran incomprensibles para WILBUR.

Su implante neuronal recibió la orden de la IA, haciéndolo estimular al cerebro de la angustiada mujer a producir endozepinas, lo que rápidamente hizo caer a Edith en un profundo sueño, del cual despertaría, recostada de costado en su lecho, con los pies aun semi apoyados en el piso, casi veinte horas más tarde, sintiéndose como si tuviera una enorme resaca y con la terrible sensación de ya no creerse apta para continuar con aquella labor.

Texto de @amart29 Barcelona, Venezuela, julio de 2021

Separador rojo.png

English


Separador rojo.png

The Halo (part 7)

Tens of thousands of light years away from GB01, on a remote planet, illuminated by a bright blue-white star, three ships flew over an ancient monument on the summit of a steep mountain, the deck of one of the ships, smoking from a large opening, clearly damaged by the impact of a plasma weapon.

The three strange flattened ovoid-shaped objects, like a badly made pancake, floated silently around the summit, crowned by the ruins of what looked like a timeless temple. They hovered there for a few minutes, after which, the smoke billowing from the stinging side of the damaged ship stopped pouring out and the huge opening began to close, like a rapidly healing wound. After this, the ships rose vertically, as silently as they had arrived and were lost in the middle of the immeasurable sky.

Below the monument, the mountain on which it stood was not a geological formation like any other, it was not rock, it was not the product of tectonic movements, or the outcropping of violence from the magma mantle of that world. That mountain was the product of death. Of millions of years of exploitation and death of creatures whose only purpose is to exist, without any other pretension. That mountain was a pile of corpses, whose consciousness, already almost extinct, was parasitized to feed the military apparatus of a culture that only knew one way to exist, to overcome at any cost, everything that threatens or seems to threaten its existence.


Twelve hours had already passed, since Edith had heard the crystalloderms sing, their lament echoed in her mind, it was not a hostile song, it was not a call of hatred or repudiation, she did not feel rejection or violence coming from that inaudible melody, she did not feel aggressiveness in that resonance that went through her body, making her bones and viscera vibrate. He only felt melancholy, pain, the cry of millions of years of anguish and misery.

-Damn, I must be going crazy, -she said, getting up from her narrow bed, where she had tried, unsuccessfully, to sleep, the last four others.

-Can I help you in any way, Edith? -asked the grim voice of WILBUR.

-No WILL, it's just that I can't sleep, -she replied -. It's that wailing..., that sound..., I can't get it out of my head.

-The readings from your cortical implant indicate activity in the amygdala, lateral septum and hippocampus, coincident with states of anxiety or distress, -said WILBUR.

-I know, I don't know what's wrong with me... -said Edith, wheezing as if she was short of breath-. It's as if an immense loneliness overwhelms me, I feel as if something has been torn out of me... -she said in a clipped voice-. I know what's wrong..., but I can't understand it..., I can't..., it's..., it's..., -she said, bursting into tears, her voice completely drowned, turning into stammering, while tears flooded her eyes-. They're crying, they're crying again....,

-I'm sorry Edith, your brain activity is seriously altered, I'll have to sedate you, -said WILBUR-. Please lie down.

But Edith could not lie down, the feeling of anguish she had was so desperate that her muscles did not respond, the panic paralyzed her completely, she only managed to cry, while she let out desperate and heartbreaking wails, which were incomprehensible to WILBUR.

Her neural implant received the order from the AI, making it stimulate the brain of the anguished woman to produce endozepines, which quickly made Edith fall into a deep sleep, from which she would wake up, lying on her side on her bed, with her feet still half resting on the floor, almost twenty hours later, feeling as if she had a huge hangover and with the terrible sensation of no longer believing she was fit to continue with that work.

Text of @amart29 Barcelona, Venezuela, July 2021


Separador rojo.png

Gracias a todos por visitar mi publicación, espero sus comentario y agradezco su apoyo, hasta la próxima


Thank you all for visiting my publication, I hope your comments and I appreciate your support, until next time


Separador rojo.png

Previamente publicado en mi blog de Steem


Previusly published in my Steem blog

Sort:  

Gracias por compartir, @amart29