Foto de Sixteen Miles Out en Unsplash
No seas compañero de los malos ni calumniador de los buenos.
Do not be a companion of the wicked or a slanderer of the good.
— Hesíodo
E S P A Ñ O L
EL JUEGO DE LA MEDIANOCHE
Muchos olvidan que en nuestros orígenes fuimos obligados a ceder, pues la supervivencia era una necesidad mayor; tanto en esta vida palpable como en la siguiente. Quienes ponían en riesgo este derecho, eran condenados con el peor de los ritos, donde eran sometidos a poner a prueba sus terrores y celeridad, y si se rendían al instante, podían ser consumidos por una fuerza sobrenatural amorfa.
Mis estudios sobre leyendas urbanas me han llevado hasta este punto, uno en el que no conocí el retorno, pues terrenos desconocidos me esperaron en hondas extensiones, poniendo a prueba mis sentidos y mi pasión por la supervivencia. El juego de la media noche parecía ser un buen desafío para demostrar mi audacia y confrontar lo desconocido. No me consideraba un temerario o un ser desprovisto de miedo, al contrario, temía por perder mi vida o quedar en ella con solo vestigios de mis neuronas.
La cabaña donde residí algún tiempo era perfecta; un lugar solo, alejado de la civilización, además que rodeada de hermosa y abundante naturaleza. Recolecté todos los elementos necesarios para el ritual: una hoja de papel, un bolígrafo, una aguja y una vela de cera, y aunado a ello mis ganas de confrontar a la entidad con quien competiría en este juego.
Ya pasada las diez de la noche, cavilaba en medio de la oscuridad escuchando el susurro de la noche. Eran las sombras quienes atestiguarían mi encuentro, y en medio de esta soledad, me advertían sobre el peligro que estaba a punto de desatar. Omitiendo con obviedad todos estos pensamientos, me aseguré de nuevo que todo estaba en su máximo orden. Volví a leer un poco sobre este juego antiguo y pagano, rectificando las cosas que no debía hacer. Ya todo estaba listo para comenzar, solo tenía que esperar la hora señalada.
Casi siendo las doce de la noche, empecé a sentirme un poco ansioso. Tomé el trozo de papel y escribí mi nombre completo en él. Después me pinché el dedo con la aguja y dejé que una gota de sangre cayera en él. Una vez seca, coloqué el papel justo en el suelo frente a la puerta de entrada de la cabaña, y esperé el minuto indicado para que las sombras se lo tragaran todo. Justo a las doce con un minuto de la medianoche, abrí la puerta de entrada por unos segundos con la vela en mano, después de sentir una brisa fría atravesar mi cuerpo, cerré la puerta y rápidamente encendí la vela; el hombre de la medianoche ya estaba aquí y ya había comenzado el juego.
Las reglas eran simples, debía soportar a mi contrincante hasta las 3:33 de la madrugada, con mi única fuente de luz que era mi vela, de lo contrario, este podría inducirme a la locura o a la muerte. No podía permitir que mi vela se apagara hasta la hora dicha, y si ocurría, el hombre de la medianoche solo me daría diez segundos para volverla a encender. Afortunadamente llevaba mi encendedor y mi intriga latente en todo momento.
Al principio, todo estaba en silencio, caminaba por el lugar sin detectar ningún movimiento aparente. Era obvio que mi contrincante no se dejaría ver en ningún momento, por lo que debía ser precavido y evitar ser sorprendido de repente. Comenzaron a escucharse ruidos por la casa, pude oír con claridad el sonido de un plato caer en la cocina. El hombre de la medianoche estaba allí, y según las reglas, tenía que intentar detectarlo con mi vela. Pero hubo un momento en que mi única lumbre se apagó, tomé rápido mi encendedor y la encendí de nuevo. Sentí mucho miedo por un momento, pero ya de nuevo estaba en el juego.
Durante mi ojeada, la cocina quedó completamente inerte, hasta que escuché otro sonido que provino de la sala; y este era uno de los muebles siendo arrastrado. La sala me quedaba a solo unos pasos y asomé mi vela para intentar revelar el lugar, efectivamente uno de los muebles fue movido. Empecé a entrar en pánico, pues si mi contrincante era lo suficientemente inteligente para derrotarme, estaría perdido por completo.
Ansiaba que fuera la hora final, mientras dentro de la cabaña no cesaban los ruidos. Moría de miedo cada vez que veía que la vela se apagaba a cada momento, quizás por mala intención de mi contrincante o por la cera liquida de la vela. Finalmente eran ya las 3:30 de la madrugada, me sentía más aliviado y a la vez aterrado, pues a mí vela le faltaba poco para consumirse. Mientras rondaba por uno de los pasillos, un pequeño banquillo se rodó inesperadamente hacia mí, haciéndome tropezar y caer al suelo.
Mi vela se apagó al instante y, por la intensa oscuridad, no pude ver donde cayó. Usé mi encendedor para buscarla y me di cuenta que ya no estaba en ninguna parte: «¡No puede ser! ¡Tiene que estar aquí!», exclamé con miedo hondo en mi pecho. Y repentinamente, mientras buscaba, recuerdo como una mano grotesca, enorme, negra y larguirucha, se posó sobre el encendedor dejando todo en tinieblas.
Me hallaron en estado vegetal al día siguiente, el hombre de la medianoche no me arrebató la vida ni mi cordura, sin embargo, me despojó de todo el control de mi cuerpo, y como último obsequio; por haber perdido, me hizo recordar nuestro juego como una película que se reproduce una y otra vez.
FIN
E N G L I S H
THE MIDNIGHT GAME
Many forget that in our origins we were forced to yield, because survival was a major necessity; both in this palpable life and in the next. Those who jeopardized this right, were condemned with the worst of rites, where they were subjected to test their terrors and celerity, and if they surrendered instantly, they could be consumed by an amorphous supernatural force.
My studies of urban legends have led me to this point, one where I knew no return, for unknown terrains awaited me in deep expanses, testing my senses and my passion for survival. The midnight game seemed to be a good challenge to prove my boldness and confront the unknown. I did not consider myself a daredevil or a being devoid of fear, on the contrary, I feared for losing my life or being left with only vestiges of my neurons.
The cabin where I resided for some time was perfect; a lonely place, far from civilization, and surrounded by beautiful and abundant nature. I gathered all the necessary elements for the ritual: a sheet of paper, a pen, a needle and a wax candle, and along with it my desire to confront the entity with whom I would compete in this game.
After ten o'clock at night, I pondered in the darkness listening to the whisper of the night. It was the shadows that would witness my encounter, and in the midst of this solitude, they warned me of the danger I was about to unleash. Omitting with obviousness all these thoughts, I made sure again that everything was in its utmost order. I went back to read a little about this ancient and pagan game, rectifying the things I was not supposed to do. Everything was now ready to begin, I just had to wait for the appointed time.
It being almost midnight, I began to feel a little anxious. I took the piece of paper and wrote my full name on it. Then I pricked my finger with the needle and let a drop of blood fall on it. Once dry, I placed the paper right on the floor in front of the front door of the cabin, and waited for the appointed minute for the shadows to swallow it all up. Just at one minute past midnight, I opened the front door for a few seconds with the candle in hand, after feeling a cold breeze go through my body, I closed the door and quickly lit the candle; the midnight man was already here and the game had already begun.
The rules were simple, I had to endure my opponent until 3:33 a.m., with my only source of light which was my candle, otherwise he could induce insanity or death. I could not allow my candle to go out until that time, and if it did, the midnight man would only give me ten seconds to relight it. Fortunately I carried my lighter and my latent intrigue at all times.
At first, everything was silent, I walked around the place without detecting any apparent movement. It was obvious that my opponent would not let himself be seen at any time, so I had to be cautious and avoid being surprised suddenly. Noises began to be heard around the house, I could clearly hear the sound of a dish falling in the kitchen. The midnight man was there, and according to the rules, I had to try to detect him with my candle. But there was a moment when my only light went out, I quickly grabbed my lighter and lit it again. I felt very scared for a moment, but I was back in the game.
During my peek, the kitchen was completely inert, until I heard another sound coming from the living room; and this was one of the pieces of furniture being dragged. The living room was only a few steps away and I stuck out my candle to try to reveal the place, and sure enough, one of the pieces of furniture was moved. I began to panic, for if my opponent was smart enough to defeat me, I would be completely lost.
I longed for the final hour, while inside the hut the noises did not cease. I was dying of fear every time I saw that the candle was going out at every moment, maybe because of my opponent's bad intentions or because of the liquid wax of the candle. Finally it was already 3:30 in the morning, I felt more relieved and at the same time terrified, because my candle was close to burn out. As I wandered down one of the aisles, a small stool unexpectedly rolled towards me, causing me to trip and fall to the floor.
My candle went out instantly and, because of the intense darkness, I couldn't see where it fell. I used my lighter to search for it and realized it was nowhere to be found: "It can't be! It has to be here!", I exclaimed with fear deep in my chest. And suddenly, while I was searching, I remember how a grotesque hand, huge, black and lanky, rested on the lighter, leaving everything in darkness.
I was found in a vegetable state the next day, the midnight man did not take my life or my sanity, however, he stripped me of all control of my body, and as a last gift; for having lost, he made me remember our game like a movie that plays over and over again.
THE END
Escrito por @universoperdido. 31 de mayo del 2022
Written by @universoperdido. May 31, 2022
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Hola amigo, este tipo de jugos son una locura, de verdad que hay que tener mucha valentía de jugarlo, además este joven se encontraba solo en ese horrible lugar. Que mala suerte tuvo, ya que solamente le faltaba pocos minutos para que se acabara, pero no lo logro. Gracias por compartirlo con nosotros, saludos.
Lastimosamente es así, al menos el protagonista quedó vivo, sin embargo, después de cómo quedó, hubiera sido preferible la muerte.
¡Saludos!
Interesante sucesión de eventos, envueltos en un juego macabro donde cobra vida la oscuridad eterna. Lo relaciono mucho con algunas prácticas actuales: enfermos a la curiosidad, muchos se han atrevido a invocar sus propias pesadillas. Debe haber algo más allá... Si hay luz también hay oscuridad.
En estos juegos, si le otorgas permisos a lo desconocido, le estás dando derecho a hacer contigo lo que quiera. Tal es este caso, que no es más que una artimaña para hacer sufrir a un chico curioso.