Hola amigos de esta querida comunidad, aquí les dejo una pequeña historia, espero que la disfruten. No sean timidos y dejen sus impresiones en la caja de comentarios.
Hello friends of this dear community, here is a little story, I hope you enjoy it. Don't be shy and leave your impressions in the comment box.
Imagen de Mystic Art Design desde Pixabay
Legna
Había una vez un pequeño niño llamado Legna que vivía con su abuela que poseía una gran biblioteca perteneciente a su familia desde antaño y era el lugar favorito de Legna, al que llamaba con cariño "El salón de guerra ", y es que al entrar, enseguida podías percibir como el aire se cargaba de un extraño aroma y la iluminación captaba de polvo que viajaban de libro en libro, seguido de una acústica ensordecedora que borraba el sonido de los pasos y hacía sentir a Legna la sensación de estar en medio de una guerra, en el momento justo antes de la batalla, entre estantes llenos de soldados firmes, uniformados e inmóviles, esperando la señal de alguien para comenzar la guerra, por eso cada vez que aparecía, él daba la orden gritando "A la batalla".
De pronto las filas de soldados rompiendo la inercia seguían su orden al pie de la letra, empleando para ello sus mejores saberes, entonces el niño intentaba atravesar dicho campo lleno de grandes héroes, artilugios e historias de vidas, pero nunca lo conseguí, a pesar, que la sección militar era la que más le gustaba, por sus hermosas y mortales máquinas de guerra, sucumbía siempre ante la loca imaginación plasmada en la sección de ficción, y era atrapado casi soñando por algún libro de esta sección, que le impedía seguir hasta el final del salón.
Una mañana, mientras Legna se encontraba como siempre su ejército intelectual, se vio interrumpido por dos empleados de la mansión, que traían consigo unas cajas, e imperturbables ante el caos de aquella guerra, pasaron como si nada dejando aquellas cajas al final del salón, Legna, atraído por la intriga que le provocaron aquellas cajas, caminó hacia ellas, y por primera vez en mucho tiempo, logró escapar ileso de la guerra, logrando llegar a ellas, al mirarlas detenidamente, logró ver una carátula roja de lo que parecía ser un libro y que se quedaba con toda su atención, inmediatamente, pensó incorporarlo a su ejército, así que tomó el cuaderno y al ojearlo pudo ver un soldado, se puso muy feliz, pensó que era más que perfecto para sus batallas diarias.
El niño preguntó al soldado si quería ser parte de su ejército, pero el soldado parecía tener su propia lucha y una misión, y le contó a Legna que él vivía en medio de la guerra, y buscaba desesperadamente a su hijo; Legna, al escuchar esto, se preguntaba como serían otras guerras, y como se las arreglaba para buscar a su hijo, y decidió ayudar aquel soldado desconocido al que llamó Pire, y a partir de aquel instante todos los días el soldado y Legna luchaban y buscaban al hijo de aquel soldado en las páginas de aquel cuaderno de carátula roja.
Pasaron muchos días, y el soldado y Legna habían recorrido todas las páginas de aquel cuaderno sin tener éxito en su misión, el soldado se encontraba muy desconcertado, y le confesó a Legna, que si su hijo no ahí, debía buscar en otra parte, a Legna no le gustaron aquellas palabras por alguna razón, y despidiéndose del soldado esa noche, se fue a descansar.
A la mañana siguiente, como de costumbre, hacía ya barios días, fue a donde el soldado para seguir con la misión, pero para su desdicha, no lo encontró, se había ido como auguró, y con él la alegría del niño. Pasaron algunos días más, pero el ejército de libros seguía inmóvil, ya Legna no daba la orden, había perdido el deseo de luchar, solo se recostaba al lado de la ventana imaginando donde podría estar el soldado Piere.
Un día, tan común como cualquier otro, vio venir de lejos a un auto, esto no le llamó la atención, aquella mansión era visitada por muchos autos, pero sus ojos, haciéndole caso a sus oídos, miraron al auto en cuanto arribo a la entrada de la mansión al escuchar el portazo, de el, bajaron dos soldados, cargando consigo una especie de regalo, pues resulta, que a su abuela, le daban muchos presentes, pero en realidad lo que le llamó la atención, fue Piere, para justo a lado de sus dos compañeros, con uniforme limpio y reluciente que emanaba un aura celestial.
Aquellos soldados comenzaron su camino hacia la entrada principal, Legna, salió corriendo, su corazón latía más fuerte que el motor de una locomotora, hasta llegar al salón, donde vio a Piere al final del pasillo, y con pasos agigantados fue a su encuentro, y al llegar abrazó su torso con toda su fuerza, y gritando en medio de sollozos le dijo que si salía de nuevo a buscar a su hijo debía ir con él para ayudarlo a encontrarlo, Piere lo abrazó y dándole en beso en la mejilla le dijo, ya no me hiré, ya estoy contigo, mi hijo.
De pronto las filas de soldados rompiendo la inercia seguían su orden al pie de la letra, empleando para ello sus mejores saberes, entonces el niño intentaba atravesar dicho campo lleno de grandes héroes, artilugios e historias de vidas, pero nunca lo conseguí, a pesar, que la sección militar era la que más le gustaba, por sus hermosas y mortales máquinas de guerra, sucumbía siempre ante la loca imaginación plasmada en la sección de ficción, y era atrapado casi soñando por algún libro de esta sección, que le impedía seguir hasta el final del salón.
Una mañana, mientras Legna se encontraba como siempre su ejército intelectual, se vio interrumpido por dos empleados de la mansión, que traían consigo unas cajas, e imperturbables ante el caos de aquella guerra, pasaron como si nada dejando aquellas cajas al final del salón, Legna, atraído por la intriga que le provocaron aquellas cajas, caminó hacia ellas, y por primera vez en mucho tiempo, logró escapar ileso de la guerra, logrando llegar a ellas, al mirarlas detenidamente, logró ver una carátula roja de lo que parecía ser un libro y que se quedaba con toda su atención, inmediatamente, pensó incorporarlo a su ejército, así que tomó el cuaderno y al ojearlo pudo ver un soldado, se puso muy feliz, pensó que era más que perfecto para sus batallas diarias.
El niño preguntó al soldado si quería ser parte de su ejército, pero el soldado parecía tener su propia lucha y una misión, y le contó a Legna que él vivía en medio de la guerra, y buscaba desesperadamente a su hijo; Legna, al escuchar esto, se preguntaba como serían otras guerras, y como se las arreglaba para buscar a su hijo, y decidió ayudar aquel soldado desconocido al que llamó Pire, y a partir de aquel instante todos los días el soldado y Legna luchaban y buscaban al hijo de aquel soldado en las páginas de aquel cuaderno de carátula roja.
Pasaron muchos días, y el soldado y Legna habían recorrido todas las páginas de aquel cuaderno sin tener éxito en su misión, el soldado se encontraba muy desconcertado, y le confesó a Legna, que si su hijo no ahí, debía buscar en otra parte, a Legna no le gustaron aquellas palabras por alguna razón, y despidiéndose del soldado esa noche, se fue a descansar.
A la mañana siguiente, como de costumbre, hacía ya barios días, fue a donde el soldado para seguir con la misión, pero para su desdicha, no lo encontró, se había ido como auguró, y con él la alegría del niño. Pasaron algunos días más, pero el ejército de libros seguía inmóvil, ya Legna no daba la orden, había perdido el deseo de luchar, solo se recostaba al lado de la ventana imaginando donde podría estar el soldado Piere.
Un día, tan común como cualquier otro, vio venir de lejos a un auto, esto no le llamó la atención, aquella mansión era visitada por muchos autos, pero sus ojos, haciéndole caso a sus oídos, miraron al auto en cuanto arribo a la entrada de la mansión al escuchar el portazo, de el, bajaron dos soldados, cargando consigo una especie de regalo, pues resulta, que a su abuela, le daban muchos presentes, pero en realidad lo que le llamó la atención, fue Piere, para justo a lado de sus dos compañeros, con uniforme limpio y reluciente que emanaba un aura celestial.
Aquellos soldados comenzaron su camino hacia la entrada principal, Legna, salió corriendo, su corazón latía más fuerte que el motor de una locomotora, hasta llegar al salón, donde vio a Piere al final del pasillo, y con pasos agigantados fue a su encuentro, y al llegar abrazó su torso con toda su fuerza, y gritando en medio de sollozos le dijo que si salía de nuevo a buscar a su hijo debía ir con él para ayudarlo a encontrarlo, Piere lo abrazó y dándole en beso en la mejilla le dijo, ya no me hiré, ya estoy contigo, mi hijo.
Image by Mystic Art Design from Pixabay
Once upon a time there was a little boy named Legna who lived with his grandmother who owned a large library that had belonged to her family since long ago and was Legna's favorite place, which he fondly called "The war room", and when you entered, you could immediately perceive how the air was charged with a strange aroma and the lighting captured dust that traveled from book to book, followed by a deafening acoustics that erased the sound of footsteps and made Legna feel the sensation of being in the middle of a war, in the moment just before the battle, among shelves full of soldiers standing firm, uniformed and immobile, waiting for someone's signal to start the war, that's why every time he appeared, he gave the order shouting "To battle".
Suddenly the rows of soldiers breaking the inertia followed their order to the letter, using their best knowledge, then the boy tried to cross this field full of great heroes, gadgets and stories of lives, but never succeeded, although the military section was the one he liked the most, for its beautiful and deadly war machines, always succumbed to the crazy imagination embodied in the fiction section, and was caught almost dreaming by some book of this section, which prevented him from continuing to the end of the room.
One morning, while Legna was as usual his intellectual army, was interrupted by two employees of the mansion, who brought with them some boxes, and unperturbed by the chaos of that war, passed as if nothing leaving those boxes at the end of the room, Legna, attracted by the intrigue that caused him those boxes, walked towards them, and for the first time in a long time, He managed to escape unharmed from the war, managing to get to them, when he looked at them carefully, he managed to see a red cover of what seemed to be a book and that took all his attention, immediately, he thought of incorporating it to his army, so he took the notebook and when he looked at it he could see a soldier, he was very happy, he thought it was more than perfect for his daily battles.
The boy asked the soldier if he wanted to be part of his army, but the soldier seemed to have his own fight and mission, and told Legna that he lived in the middle of the war, and was desperately looking for his son; Legna, hearing this, wondered how other wars would be, and how he managed to look for his son, and decided to help that unknown soldier whom he called Pire, and from that moment every day the soldier and Legna fought and looked for the son of that soldier in the pages of that notebook with the red cover.
Many days passed, and the soldier and Legna had gone through all the pages of that notebook without success in their mission, the soldier was very puzzled, and confessed to Legna, that if his son was not there, he should look elsewhere, Legna did not like those words for some reason, and saying goodbye to the soldier that night, he went to rest.
The next morning, as usual, several days ago, she went to the soldier to continue with the mission, but to her misfortune, she did not find him, he was gone as she predicted, and with him the joy of the child. A few more days passed, but the army of books remained motionless, Legna no longer gave the order, she had lost the desire to fight, she just lay down by the window imagining where the soldier Piere could be.
One day, as common as any other, he saw a car coming from far away, this did not call his attention, that mansion was visited by many cars, but his eyes, paying attention to his ears, looked at the car as soon as he arrived at the entrance of the mansion when he heard the door slam, Two soldiers got out of the car, carrying a kind of gift, as it turns out that his grandmother was given many presents, but what really caught his attention was Piere, standing right next to his two companions, with a clean and shiny uniform that emanated a celestial aura.
Those soldiers began their way to the main entrance, Legna ran out, her heart beating stronger than the engine of a locomotive, until she reached the hall, where she saw Piere at the end of the corridor, and with giant steps she went to meet him, Piere embraced him and kissed him on the cheek and said, I will not run away, I am with you, my son.
Suddenly the rows of soldiers breaking the inertia followed their order to the letter, using their best knowledge, then the boy tried to cross this field full of great heroes, gadgets and stories of lives, but never succeeded, although the military section was the one he liked the most, for its beautiful and deadly war machines, always succumbed to the crazy imagination embodied in the fiction section, and was caught almost dreaming by some book of this section, which prevented him from continuing to the end of the room.
One morning, while Legna was as usual his intellectual army, was interrupted by two employees of the mansion, who brought with them some boxes, and unperturbed by the chaos of that war, passed as if nothing leaving those boxes at the end of the room, Legna, attracted by the intrigue that caused him those boxes, walked towards them, and for the first time in a long time, He managed to escape unharmed from the war, managing to get to them, when he looked at them carefully, he managed to see a red cover of what seemed to be a book and that took all his attention, immediately, he thought of incorporating it to his army, so he took the notebook and when he looked at it he could see a soldier, he was very happy, he thought it was more than perfect for his daily battles.
The boy asked the soldier if he wanted to be part of his army, but the soldier seemed to have his own fight and mission, and told Legna that he lived in the middle of the war, and was desperately looking for his son; Legna, hearing this, wondered how other wars would be, and how he managed to look for his son, and decided to help that unknown soldier whom he called Pire, and from that moment every day the soldier and Legna fought and looked for the son of that soldier in the pages of that notebook with the red cover.
Many days passed, and the soldier and Legna had gone through all the pages of that notebook without success in their mission, the soldier was very puzzled, and confessed to Legna, that if his son was not there, he should look elsewhere, Legna did not like those words for some reason, and saying goodbye to the soldier that night, he went to rest.
The next morning, as usual, several days ago, she went to the soldier to continue with the mission, but to her misfortune, she did not find him, he was gone as she predicted, and with him the joy of the child. A few more days passed, but the army of books remained motionless, Legna no longer gave the order, she had lost the desire to fight, she just lay down by the window imagining where the soldier Piere could be.
One day, as common as any other, he saw a car coming from far away, this did not call his attention, that mansion was visited by many cars, but his eyes, paying attention to his ears, looked at the car as soon as he arrived at the entrance of the mansion when he heard the door slam, Two soldiers got out of the car, carrying a kind of gift, as it turns out that his grandmother was given many presents, but what really caught his attention was Piere, standing right next to his two companions, with a clean and shiny uniform that emanated a celestial aura.
Those soldiers began their way to the main entrance, Legna ran out, her heart beating stronger than the engine of a locomotive, until she reached the hall, where she saw Piere at the end of the corridor, and with giant steps she went to meet him, Piere embraced him and kissed him on the cheek and said, I will not run away, I am with you, my son.
Gracias por el valioso tiempo que le dedicaron a esta publicación. Me despido con un abrazo fuerte para ti que lees esto y deseo que sigamos disfrutando juntos de este maravilloso mundo de #Hive
Thank you for the valuable time you dedicated to this publication. I say goodbye with a big hug to you who read this and wish that we continue to enjoy together this wonderful world of #Hive.
Texto traducido en www.deepl.com / Text translated at www.deepl.com
Es una historia que te atrapa de principio a fin, pero leyendo los comentarios de @jordy0827 es cuando me entero de que están muertos, qué triste, pero al final se encuentran, eso me gusto mucho.
Eso es lo más importante de cualquier historia y lo que más sentido tiene, que la persona se sienta atrapada en ella, en realidad está hecha para un niño, por eso traté de no ser obvio, pero me dejé llevar y terminó así, muchísimas gracias por dejar tu huella en ese comentario. Un abrazo
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Me recuerda a quellas películas de la gran guerra patria que veía en los 80's. O pasajes de la literatura rusa que publicaban en la revista Sputnik. Me has traído nostalgia por un cine y una literatura que fue parte de mi adolescencia. Gracias Denis
Gracias, es muy reconfortante tu comentario, es muy bonito cuando escuchas que tu historia, logra que algunas emociones salgan a la luz cuando es leída por alguien. Gracias a ti por tu tiempo 😊💚💚💚
Ño hermano que final. Las guerras , los niños , las familias , son temas super complicados , gracias por traernos esta historia.
Gracias a ti por tu tiempo en esta historia
Está triste... 😔 Muy conmovedor.
Gracias por tu tiempo, bueno, al final padre e hijo se encuentran, aunque tiene una historia escondida que no sé si se den cuenta 🙃
Ay no se, para mi el padre estaba muerto????? O entendí mal. Cual es la historia escondida?
jjj Si el padre estaba muerto, pero el niño también, habitaba la biblioteca!!
Ahh los dos!!, el próximo hazlo con todo el mundo vivo, que me deprimo 😞
🤣🤣 Se lo diré a mis musas, a ver si te complacen 🖤🖤🖤