Ya habían pasado varios años desde que tuvo que tomar una decisión y de ahí en adelante corrió mucha agua bajo el puente. Ana Porras ahora miraba a su hija y recordó aquellos tiempos. —Te puedes calmar, hija, así no se puede ni hablar, ni pensar, te prepararé un té de flor de cayena, son buenos para los nervios. Después me contarás lo que pasa. Liborio Rodríguez pensó que había adquirido una esclava, una mujer que podía controlar a su antojo, esa era la cultura que más se veía en aquel pueblo, el hombre manda y la mujer obedece y así fueron varios años aguantando, tratando de llevar una vida que ella no quería, hasta que un día Ana Porras tomó una decisión. —Liborio se equivocó hija y ya ves, nos vinimos a la ciudad, casi sin nada, esto era un rancho y una vida llena de necesidades y aquí estoy, parada, todavía luchando. Liborio no me respetaba, no podía ver una falda, se iba como los perros en celo sin importarle lo que yo sintiera, se gastaba casi todo el dinero y se encargaba de traer lo que él creía necesario, no tenía derecho a protestar, solo tener comida caliente y recién hecha, ropa limpia y encima de eso complacerlo en todo y si no, me obligaba. Cuántas noches no tuve refugiarme en casa de los vecinos con los tres muchachos que le tuve que dar y él quería que tuviera más. Ana Porras había estudiado hasta la secundaria y con eso logró conseguir un cargo de obrera en la escuela del pueblo. Liborio Rodríguez le hizo la guerra por qué el no aceptaba que trabajara, la quería en la casa, de ama de casa o su sirvienta particular, entonces comenzó golpeándola y llegaba con los ojos morados a su trabajo. —Usted no puede seguir así Ana, —dijo la Directora, —si yo fuera usted lo corría de la casa. Fueron muchas noches más aguantando, Ana Porras miraba su casa insignificante, sus tres ollas ennegrecidas por el humo de la leña, sus trapos viejos que el sol cada día los quemaba más, veía a sus hijos crecer en medio de tanta necesidad. Decidió hablar con su amiga que siempre la había socorrido, porqué cuando habló con sus padres, estos le decían que tenía que aguantar, la mujer debe ser sumisa ante el hombre y ante los ojos de Dios. La mujer es de la casa, le decía su padre. Liborio Rodríguez llegó una noche y me golpeó como nunca, maldecía a las mujeres, mis hijos lloraban de miedo, escondidos debajo de la mesa, estaba muy borracho y cuando se cansó, se acostó en la hamaca y se quedó dormido. Cuando oí sus ronquidos me levanté y abracé a mis hijos y mirándolo en ese estado, me imaginé que alguna de sus mujeres lo botó, por eso viene y paga conmigo. Recé con mis hijos y tome una decisión, hasta ese día viviría con Liborio Rodríguez. Hablé con un vecino que tenía una camioneta, él y mi amiga me ayudaron a sacar lo poco que tenía y me fui del pueblo, algunos vecinos me despidieron con su mano, luego vi esa calle larga y polvorienta desdibujarse entre la brisa. —Sabes una cosa hija, tenía mucho miedo y al mismo tiempo me preguntaba, ¿por qué aguanté tanto? la vecina, mi amiga iba a ser tu madrina, pero no se pudo, Liborio no la quería. Ella tenía un rancho en la ciudad y me dijo: La abracé. Me dejó en esas cuatro láminas de zinc, un piso rústico y ahí dormimos los cuatro, a pesar del dolor de los golpes recibidos, sentía mucha paz. Cuando Liborio Rodríguez se levantó al siguiente día, pidiendo a gritos el desayuno, nadie le contestó, se levantó enfurecido llamando a Ana. —¡Cuando te encuentre, no te va a quedar un hueso que te pueda servir, lo juro! En la calle la gente se detenía al oír el escándalo, Liborio Rodríguez vio la casa vacía, iba a salir, pero se dio cuenta que estaba en ropa interior y cuando fue a vestirse no encontró nada. Empezó a patear todo lo que encontraba a su paso. Los vecinos cuentan que los gritos y las amenazas duraron varios días, el comisario del pueblo tuvo que venir y encerrarlo para que se calmara, él lanzaba alaridos por la ventana del calabozo amenazando a Ana Porras. —Fueron días duros hija, pero aquí estoy, conseguí trabajo, lavando y planchando ropa. Me puse a estudiar y me gradué de secretaria, de esta manera pude inscribirlos en la escuela, para darles a ustedes la oportunidad de ser mejores seres humanos; pero usted me salió rebelde, se fue con ese muchacho, usted se encaprichó. yo no voy hacer lo que mis padres hicieron conmigo. La voy a ayudar, pero eso sí, solamente a usted hija. Un día saliendo de su trabajo, Ana Porras tuvo la sorpresa de encontrarse con Liborio Rodríguez, lo vio envejecido, por su mente pasaron tantos recuerdos, miró su propio miedo mirándolo a él, respiró fuerte, sus compañeros de trabajo también miraron el miedo de ella y esperaron. —Por fin te encontré, —le dijo Liborio con una actitud amenazante, —ahora me la vas a pagar todas, no sabes, cuánto soñaba con este momento. Él quería ver el miedo de Ana Porras, pero no vio eso y se sintió desarmado. Ella lo miró con firmeza, sobreponiéndose al miedo y él se dio cuenta, aquella no era Ana Porras la mujer que él podía someter a su antojo. —¿Me vas a pegar? ¡anda, acércate, te estoy esperando Liborio Rodríguez! La miró, miró a los lados, los vio a todos, pensó que aquella era otra mujer, no era la que bajaba el rostro ante su presencia, la que sumisa lo esperaba con la mirada en el piso. Dio la vuelta y se fue, escuchó los aplausos de todos los presentes. Ana Porras sonrió. It had been several years since she had to make a decision and from then on a lot of water had flowed under the bridge. Ana Porras now looked at her daughter and remembered those times. Liborio Rodríguez thought he had acquired a slave, a woman he could control at will, that was the culture that was most common in that village, the man commands and the woman obeys, and so they put up with it for several years, trying to lead a life she didn't want, until one day Ana Porras made a decision. Liborio had no respect for me, he couldn't see a woman in a skirt, he behaved like a dog in heat, without caring what I felt, he also spent almost all the money and took care of bringing whatever he thought was necessary. I had no right to protest, only to serve him hot, freshly cooked food, clean clothes and apart from that, to please him in everything, if he didn't force me, how many nights I had to take refuge in the neighbour's house with the three boys I had given birth to and that's how he wanted me to have more. Ana Porras had studied up to secondary school and with that she managed to get a job as a worker in the village school. Liborio Rodríguez made war on her because he didn't want her to work, he wanted her in the house, as a housewife or his private maid, so he started beating her and she would arrive at work with black eyes. Ana Porras looked at her insignificant house, her three pots blackened by the smoke from the firewood, her old rags that the sun burnt more and more each day, she watched her children grow up in the midst of so much need. She decided to talk to her friend who had always helped her, because when she spoke to her parents, they told her that she had to put up with it, that women should be submissive before men and in the eyes of God. The woman belongs in the house, her father told her. Liborio Rodríguez came one night and beat me like never before, he cursed women, my children cried with fear, hiding under the table, he was very drunk and when he got tired he lay down in the hammock and fell asleep. When I heard him snoring I got up and hugged my children and looking at him in that state, I imagined that one of his wives threw him out, that's why he comes and pays with me. I prayed with my children and made a decision, until that day I would live with Liborio Rodriguez. I talked to a neighbour who had a pick-up truck, he and my friend helped me take out the little I had and I left town, some neighbours waved me goodbye, then I saw that long, dusty street fade away in the dust. —You know something, daughter, I was very scared and at the same time I wondered why I put up with so much? The neighbour, my friend, was going to be your godmother, but it wasn't possible, Liborio didn't want her. She had a little house in the city and she told me: —Live there, comadre, get up and then we'll talk later! That will be yours. I hugged her. She left me on those four sheets of zinc, a rustic floor, and the four of us slept there, despite the pain of the blows we had received, I felt very calm. When Liborio Rodríguez got up the next day, shouting for breakfast, nobody answered him, he got up in a rage, calling Ana. —When I find you, you won't have a bone to pick, I swear! In the street people stopped when they heard the noise, Liborio Rodríguez saw the empty house, he was going to go out, but he realised that he was in his underwear and when he went to get dressed he found nothing. He started kicking everything in his path. The neighbours say that the shouting and threats lasted several days, the town sheriff had to come and lock him up to calm him down, he shouted out of the window of the cell threatening Ana Porras. —They were hard days, daughter, but here I am, I got a job, washing and ironing clothes. I started studying and graduated as a secretary, so I could enrol you in school, to give you the opportunity to be better human beings; but you were rebellious, you went with that boy, you became infatuated. I'm not going to do what my parents did to me... I'm going to help you, but only you, daughter. One day leaving work, Ana Porras was surprised to meet Liborio Rodríguez, she saw him aged, so many memories flashed through her mind, she looked at her own fear looking at him, she breathed hard, her workmates also looked at her fear and waited. —Finally I found you, — Liborio told her with a threatening attitude, — now you're going to pay for everything, you don't know how much I dreamed of this moment. —Are you going to hit me? Come on, come closer, I'm waiting for you Liborio Rodríguez! He looked at her, he looked to the sides, he saw them all, he thought that this was another woman, not the one who lowered her face in his presence, the one who submissively waited for him with her eyes on the floor. He turned around and left, he heard the applause of all those present. Ana Porras smiled. Click
Este cuento está dedicado a todas esas mujeres que luchan por salir adelante en medio de tantas dificultades económicas y sociales. Feliz día internacional de la mujer este 8 de marzo de 2023.
This story is dedicated to all those women who struggle to get ahead in the midst of so many economic and social difficulties. Happy International Women's Day this 8 March 2023.
La decisión de Ana Porras
Su hija llegó llorando presa de la angustia porque ya tenía problemas con su pareja, su mamá le advirtió que aún era muy joven para llevar esas responsabilidades.
—No es tan fácil, Directora, lo mejor sería irme yo, pero… ¿Cómo hago con los muchachos?
—Usted tiene amigas, a lo mejor, ellas le pueden ayudar.
—¡Viva ahí, comadre, levántese y después hablamos! Eso va ser suyo.
Ana Porras' decision
Her daughter came crying in anguish because she was already having problems with her partner, her mother warned her that she was still too young to take on such responsibilities.
-I'll make you some cayenne flower tea, it's good for your nerves. Then tell me what happens.
—Liborio made a mistake, daughter, and you see, we came to the city, with almost nothing, this was a ranch and a life full of needs, and here I am, standing still, still fighting.
—You can't go on like this Ana, — said the headmistress, — I were you I'd throw him out of the house.
—It's not that easy, Headmistress, the best thing would be for me to leave, but... how do I deal with the boys?
—You have friends, maybe they can help you.
He wanted to see Ana Porras' fear, but he didn't see that and felt disarmed. She looked at him firmly, overcoming her fear, and he realised that this was not Ana Porras, the woman he could subdue at will.
Las imágenes fueron generadas con la inteligencia artificial Photoleap y editadas con PhotoScape.The images were generated with artificial intelligence Photoleap and edited with PhotoScape.
Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)
Invito a @violetaperez y @tomasjurado para que se unan al concurso.
Hispaliterario 18 / La decisión de Ana Porras. (Español - English)
#hispaliterario #spanish #literatura #pimp #contest #scholarandscribe #creativecoin #writing #palnet
Esta publicación ha recibido el voto de Literatos, la comunidad de literatura en español en Hive y ha sido compartido en el blog de nuestra cuenta.
¿Quieres contribuir a engrandecer este proyecto? ¡Haz clic aquí y entérate cómo!
Bienvenidas delegaciones / Delegations welcome
Encuentra nuestra comunidad aquí / Find our community here
Trail de Curación / Curation Trail
Has sido curado por @visualblock / You've been curated by @visualblock
@tipu curate 2
Upvoted 👌 (Mana: 0/55) Liquid rewards.
Cuanta fuerza de voluntad necesito Ana Porras para dejar atrás el sufrimiento y el maltrato que le propinaba su marido, las mujeres maltratadas muchas veces no ven la luz y se creen merecedoras de su padecer, afortunadamente Ana Porras no es una de ellas.
Eso fue lo que quise representar, una mujer que lucha por su vida, por su superación y por sus hijos, dejando atrás los miedos. Gracias por comentar.
De verdad que la lucha de toda mujer es contra la violencia. En cada hogar se pueden escuchar historias como las de Ana, mujeres que fueron maltratadas y decidieron encontrar un futuro mejor. Sin ellas, no seríamos el tipo de personas que somos ahora. Lo digo como hijo, porque mi mamá, se podría decir, también fue una Ana Porras, y gracias a ella y a su buen ejemplo, soy la persona que soy en este momento. Excelente y conmovedor relato, porque también nosotros debemos aprender a darles lo que ellas merecen y tratarlas con respeto, amor y ternura. Excelente relato.
Gracias por ese comentario tan emotivo, así como tú dices de tu madre, la mía también fue una mujer que lucho sola, con cuatro hijos que quedamos huérfanos a muy corta edad y ella también pudo superar tantos obstáculos y aquí estamos. Saludos.
Saludos @silher. Me ha gustado tu narrativa. Me parece muy oportuna tu historia, porque muestra como su experiencia y educación rompió el ciclo de sumisión impartido, incluso por sus propios padres. Y de esta forma, su reacción ante lo que le sucedía a su hija fue totalmente distinta, fue más humana, todo esto gracias al valor que logró sacar del miedo y el hastío.
Saludos de corazón 💙 y éxito ☺️🙏🏽
Así es amigo, Ana Porras pudo vencer esos miedos y convertirse en una mujer triunfadora y defendiendo otros valores más humanos, gracias por tan amable comentario. Saludos.