Cuanto aquí cuanto acá, esto me parte el alma, me parte el alma, es que es una historia que toca el corazón. Es un reflejo de lo correcto de lo humano o lo adecuado para ser un poco más claros. Un alma que hace reír a otros, pero que adolece en su interior, ¿qué duele? Duele no poder comprenderle hasta el final. Triste cierto, la risa es una flama, pero más lejos de esto es algo que también se puede apagar.
Esta semana hemos estado muy en sintonía con lo que hemos venido escribiendo, ¿no crees? Parece que las palabras en nuestros post son un reflejo del espejo de nuestro ser, pero bueno, eso es lo que estamos dejando acá. Después de todo es sentirlo de forma muy emocional. Por otro lado, ojalá el fuera dicho esa frase tan necesaria: ¿Tú estás bien?
Tres palabras lo hubieran cambiado todo, esto también es para vos.
Pues si, creo que alguna vez todos hemos Sido como Juan, en el sentido de ayudar y sonreir, pero hay que entender que los sentimientos internos son imposibles de descifrar, aunque habrán señales claras de que algo puede estar pasando. Tampoco podemos cerrarnos al problema, a veces pedir ayuda no está mal. La idea es escuchar y ser escuchado, con el lazo de la amistad. La depresión es un villano terrible, pero se puede combatir y vencer mientras estemos ahí para apoyar y ofrecer todo nuestro amor.