Cuando ya no supe qué hacer
me quedé acariciando el olvido,
me acordé de los caminos inciertos,
pensé que nada había perdido,
porque mis ojos aún se empapaban,
la sal de mis lágrimas me alimentaban,
mis pies cansados no me detenían
y mis ilusiones, latían todavía.
Y fui feliz inventando la felicidad,
descifrando lo que es la vida,
bebiéndome de un sorbo la oportunidad;
sin aferrarme al tiempo,
sin esconderme de nadie,
fui feliz solamente,
y al frío de la soledad lo alejé
abrigándome con detalles.
Cuando no supe a dónde ir,
me quedé husmeando en mis pensamientos,
se me escaparon las penas por las sombras
de la indiferencia,
ya no reñí con la memoria,
y dejé que los recuerdos se dieran cuenta
que en esta, mi vida, estaban de sobra.
Fui a la cacería de un arcoíris,
canté canciones que no me sabía,
escribí un poema inverosímil,
que hablaba sobre los viajes
que no hacía.
Me quedé esperando que nada pasara,
cuando ya no tenía a donde ir,
saqué de mi alma
todo aquello que en mi viaje
me sobraba.
Cuando creí que todo había acabado,
recordé que yo aún existía,
que los cielos me cobijaban sin mezquindad,
que música y pluma, libros y playa
me eran suficientes para respirar,
me compré un espejo
para volverme a encontrar,
y conversé conmigo
y me encantó conocerme
le conté a un vecino
lo agradable que resulté,
me invité a beber vino y olvidar el ayer
le leí uno de mis poemas
y le canté una melodía de encanto,
¿Por qué me dejé de lado?
¿Por qué? si me admiro tanto.
Cuando parecía que no había nada aquí,
me abracé el corazón y lo escuché latir,
me olvidé del mundo y viví por mi,
hasta darle música a mi nombre aprendí,
y no puedo dejar de reprocharme
todo el tiempo que sin mi perdí.
Cuando quise volver a comenzar,
me tomé de la mano y me lancé a soñar.
[Foto Propia]
Como siempre un poema que embellece estos espacios literarios. Gracias por compartirlo en Writing Club. Feliz Navidad.
Muchas gracias!