Buenas noches, mi hermano. La voz que narra tu poema, lleva de la mano al lector hacia un viaje en donde la inocencia se ha perdido y solo puede haber espacio para el dolor y la agonía de vivir. Una conducta que podría juzgarse de masoquista, pero la vida suele ser así: marca algunos individuos con los designios de la desgracia y se niega a mostrar una salida. La lucha interna entre el bien y el mal también puede percibirse, como parte de esa vida desdichada que el narrador arrastra, como cadenas que lo mantienen atado a su fatídico destino. Un poema bien elaborado. Gran trabajo, amigo. Saludos.