Poesía narrativa: Domingo de resurrección [Esp-Eng]

Al borde de un precipicio, en el hilo de un beso destrozado por el olvido, sangrando estoy. Ojala y el último momento fuera infinito, pero tu salto marcó en mí el conocimiento del infierno a partir de hoy. Los gritos me llevan a decirte todo lo que ya no puedes saber ni sentir. La marea me arrastra despojándome de toda mi voluntad de quedarme aquí y sobrevivir.

Brea caliente soy y me derrito en el agujero de la depresión. Jamás abriré mi corazón para hablar de las espinas que me mantienen en desolación, sangrando a pesar de que nadie lo pueda ver sin retrovisor. En mi alma el frio se ha instalado como un inquilino fantasmal. Aceptando el nuevo rumbo de este espantoso carnaval, el cielo permanece gris y los placeres de la vida parecen vacíos desde que no estas.

Intoxicado y navegante, en el humo y el agua en un propósito que me arrebataste. Cruel y dulce como una manzana envenenada, igual que el dolor que en mí sembraste. Persiguiéndote en sueños como un cazador a un monstruo salvaje. Implorando tenerte a mi lado y no solo recordarte. Con una sonrisa me besaste para después correr feliz y abandonarte. Terroríficos brazos sujetaron tu cuerpo suave para convertirlo en cadáver.

Como las marcas de cigarrillos en mi piel gris, las cicatrices no son suficientes para volverte a sentir. Vestir de negro se ha convertido en más que un signo de luto, es mi alma que grita en silencio lo vacio que ahora se siente el mundo. Guíame de nuevo a la luz, porque siento que a la oscuridad puedo entregarme si allí estarás tú.

Y la brisa sopla fuerte haciendo añicos mi convicción, de papel mis ganas de seguir están en peligro de extinción. Tomando peligrosos juegos de atracción, he perdido el rumbo y a quien me instaba a huir del horror. En un domingo de resurrección en el bosque estoy, liberando lo peor de mí para volver a ver a mi preciado amor.

El rio suena fuerte alertando a las profundidades, pero en el cielo vuelan mis esperanzas de vivir nuevamente lleno de excentricidades. Las hojas secas crujen como mis huesos al caer, en un suspiro de una historia corta y común de suceder. En la despedida de un final cruel, lo poético se remonta a la pintura y al poema que por ti creé.

Orientado por las luces y los olores de los paseos que tuvimos, te busco con desespero en el último pensamiento que he tenido. Y como el beso de lástima a un mendigo, tomas mi mano que yo ni tiene latido. He conseguido lo imposible y lo prohibido, verte de nuevo recuperando a quien tiene en mi corazón su nombre escrito.

Más allá de la muerte, más allá de lo racional, siempre cumpliré mi promesa de buscarte sin descansar. Como la compensación a una injusticia, me he reencontrado con mi Artemisa. Sujetos de una promesa inquebrantable, hemos vuelto a abrazarnos a pesar de los pesares. Aun convertida en solo un destello, mi amor por ti trasciende hasta en el mundo de los muertos. Soy tu lacayo y tu amo terco, tu sonrisa es lo único que me mantiene completo.

On the edge of a precipice, on the thread of a kiss shattered by oblivion, bleeding I am. I wish and the last moment was infinite, but your leap marked in me the knowledge of hell from today. The screams lead me to tell you everything you can no longer know or feel. The tide sweeps me away stripping me of all my will to stay here and survive.

Hot tar I am and I melt into the hole of depression. I'll never open my heart to speak of the thorns that keep me in desolation, bleeding even though no one can see it without a rearview mirror. In my soul the cold has settled like a ghostly tenant. Accepting the new course of this dreadful carnival, the sky remains gray and the pleasures of life seem empty since you're gone.

Intoxicated and navigating, in smoke and water in a purpose you snatched from me. Cruel and sweet like a poisoned apple, just like the pain you sowed in me. Chasing you in dreams like a hunter to a wild monster. Begging to have you by my side and not just to remember you. With a smile you kissed me to then run happily and abandon you. Terrifying arms held your soft body to turn it into a corpse.

Like the cigarette marks on my gray skin, the scars are not enough to feel you again. Wearing black has become more than a sign of mourning, it's my soul silently screaming how empty the world now feels. Guide me back to the light, because I feel that I can surrender to the darkness if you'll be there.

And the breeze blows strong shattering my conviction, of paper my will to go on is in danger of extinction. Taking dangerous games of attraction, I've lost my way and the one who urged me to flee from horror. On a resurrection Sunday in the forest I am, releasing the worst of me to see my precious love again.

The river sounds loud alerting the depths, but in the sky fly my hopes of living again full of eccentricities. The dry leaves rustle like my bones as they fall, in a sigh of a story short and common to happen. In the farewell of a cruel end, the poetic goes back to the painting and the poem I created for you.

Guided by the lights and smells of the walks we had, I search for you in despair in the last thought I ever had. And like a pitying kiss to a beggar, you take my hand that I don't even have a heartbeat. I have achieved the impossible and the forbidden, to see you again recovering the one whose name is written in my heart.

Beyond death, beyond the rational, I will always keep my promise to look for you without rest. As compensation for an injustice, I have been reunited with my Artemis. Subjects of an unbreakable promise, we have returned to embrace each other in spite of the sorrows. Even though I have become only a glimmer, my love for you transcends even the world of the dead. I am your lackey and your stubborn master, your smile is the only thing that keeps me whole.