Eran las flores de primavera, la manera en que la brisa me invitó a admirarte por vez primera. Como el hilo de tu vestido se enredó en mi corazón espinoso, hablaba mucho de que era un acontecer inevitable y prestigioso. Sentados al borde de un acantilado, coleccionista de cadáveres de corazones muertos por inanición de aquel alimento llamado amor. En la cima de tu especulación algo nos conectó.

Miedo y sudor bajaba por mi camisa de rojo color. En tus labios, un almohadón de carne de exquisito sabor, mi deseo se enfocó. Besados por un “tal vez” y caminando entre cuerdas flojas de un posible “haber” libre de rencor. Era el cielo escribiendo una historia capaz, un cuento y un despertar. Sin jerarquías ni mendigaciones que nos recuerden el ayer, aquí saltamos juntos los trampolines mientras estemos juntos y así poder crecer.

De constelaciones arrastradas por el rocío de un brillo en tus ojos flechando a los míos. De tu sonrisa como marquesina divina he encontrado mi hogar, mi lugar seguro carente de frio. Tropezando con tu aura vibrante de radiante sol, en tus palabras mi órgano motor palpitó. Pasos descuidados en un paseo sin rumbo ni obligación, el pasado con el presente conspiró, trayéndonos un trato firmado por Eros sellándonos con su amor.

Agua bendita que de entre tus causes libera la profunda prueba de la química y es que entre las estatuas de Afrodita me arriesgo a decir que tu provienes de su casta radiante y atractiva. Que de colores rosáceos tu piel muestra con júbilo culpable ante lo que claramente para mí supone una explosión poderosa de emociones sublimes y cautivantes.

Canciones del corazón suenan dentro de mi pecho al ver tu sonrisa descolocando mi cognición, fuera de espacio y tiempo estoy solo por tu amor. ¿Cómo podría creer en las casualidades, después de encontrar a mi piedra angular entre tantos desaciertos y tormentosos bailes en pareja que me dejaron en desolación? Este era el momento y la razón, no podría guardar ningún arrepentimiento ni aversión, porque finalmente llegó a mí el faro que en altamar me guió.

Todas las noches son un llamado de devoción, nos dejaremos llevar por la noctámbula orden de aladas criaturas ululando una copulación. Si bien lo único certero es el caer yertos sin respiración y anhelando la piedad del creador en el plano desconocido, mi ritmo cardiaco se detendrá encantado dibujando un insensato guiño, lleno de gozo por haber tenido entre mis manos el elixir paradisiaco de un amor bien disfrutado y vivido.

Siempre sediento de tus letras rozadas por la lengua tenaz, cómodo entre tus piernas de lozana veracidad, hambriento de escuchar tu conocimiento recitado en un cantar. Haz fabricado la llave de una puerta que no sabía que bloqueaba mi caudal. En ti he descubierto más células dispuestas a amar que a odiar. Ahora entiendo al villano cuando dice que ha encontrado a su musa que lo inspira a cambiar y por quien se arrodillaría con satisfacción sin querer batallar.

It was the spring flowers, the way the breeze invited me to admire you for the first time. How the thread of your dress tangled in my thorny heart, spoke volumes that it was an inevitable and prestigious happening. Sitting on the edge of a cliff, collector of corpses of hearts dead from starvation of that food called love. At the peak of your speculation something connected us.

Fear and sweat ran down my red-colored shirt. On your lips, a pillow of exquisitely flavored flesh, my desire focused. Kissed by a "maybe" and walking between loose strings of a possible "have" free of rancor. It was heaven writing a capable story, a tale and an awakening. Without hierarchies or beggars to remind us of yesterday, here we jump together the trampolines as long as we are together so we can grow.

Of constellations dragged by the dew of a gleam in your eyes arrowing mine. From your smile as a divine canopy I've found my home, my safe place devoid of cold. Stumbling upon your vibrant aura of radiant sunshine, in your words my motor organ throbbed. Careless steps in a walk without direction or obligation, the past with the present conspired, bringing us a deal signed by Eros sealing us with his love.

Blessed water that from among your causes releases the deep test of chemistry and is that among the statues of Aphrodite I risk to say that you come from her radiant and attractive caste. That of rosy colors your skin shows with guilty glee at what clearly to me is a powerful explosion of sublime and captivating emotions.

Songs of the heart sound inside my chest at the sight of your smile unsettling my cognition, out of space and time I am alone for your love. How could I believe in coincidences, after finding my cornerstone among so many blunders and stormy dances as a couple that left me in desolation? This was the time and the reason, I could not keep any regret or aversion, because finally came to me the lighthouse that at sea guided me.

Every night is a call of devotion, we will let ourselves be carried away by the nocturnal order of winged creatures ululating a copulation. Even though the only certainty is to fall down breathless and yearning for the creator's mercy in the unknown plane, my heart rate will stop delightedly drawing a senseless wink, full of joy for having had between my hands the paradisiacal elixir of a well enjoyed and lived love.

Always thirsty for your lyrics brushed by the tenacious tongue, comfortable between your legs of lush truthfulness, hungry to hear your knowledge recited in a song. You have fabricated the key to a door I didn't know was blocking my flow. In you I have discovered more cells willing to love than to hate. Now I understand the villain when he says he has found his muse who inspires him to change and for whom he would kneel with satisfaction without wanting to battle.