Trilogía: ¿Y yo qué te hice? (Parte 2) [ESP-ENG]

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A chance encounter



Minutos más tarde anunciaron que los pasajeros debían abordar el avión. Carol tenía emociones encontradas ante la expectativa de este viaje. Le esperaban cinco horas de vuelo y debía tener paciencia. Ocupó su asiento del lado de la ventanilla y cerrando los ojos reclinó la cabeza hacia atrás pensando en el reencuentro con su amiga. Justo en ese instante sintió que alguien se sentaba junto a ella pero no prestó atención. Al escuchar las instrucciones de la azafata, Carol abrió los ojos. Acto seguido abrochó su cinturón y sintió cuando el avión comenzó a desplazarse suavemente sobre la pista para luego despegar. Ya en el aire Carol se asomó por el vidrio de la ventanilla admirando el cielo azul y las blancas nubes. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la azafata que le preguntó tanto a ella como al pasajero que estaba sentado a su lado si deseaban algo de beber. Carol eligió agua y el joven escogió una Cuba Libre. Al escuchar la voz masculina y el nombre de la bebida volteó e inmediatamente le preguntó: "Pedro ¿eres tú?

Minutes later they announced that the passengers were to board the plane. Carol had mixed emotions at the anticipation of this trip. A five-hour flight awaited her and she had to be patient. She took her seat by the window and, closing her eyes, leaned her head back, thinking about the reunion with her friend. Just at that moment she felt someone sitting next to her but did not pay attention. Hearing the flight attendant's instructions, Carol opened her eyes. Then she buckled her seat belt and felt the plane begin to taxi gently onto the runway and take off. Once in the air, Carol looked out the window, admiring the blue sky and white clouds. Her thoughts were interrupted by the flight attendant who asked both her and the passenger sitting next to her if they would like something to drink. Carol chose water and the young man chose a Cuba Libre. When he heard the male voice and the name of the drink, he turned and immediately asked, "Pedro, is that you?

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El joven de cabello negro y ojos intensamente azules la miró fijamente y se dio cuenta de que la conocía. Pero ¿de dónde? . Bastaron unos segundos para saberlo. ¡Era su querida Carol! Tantos años sin tener contacto con ella porque él viajaba con mucha frecuencia y ni se imaginaba que la encontraría allí. Durante el viaje conversaron sobre sus vidas y recordaron muchas anécdotas que vivieron juntos, sobre todo la experiencia con la Cuba Libre, que fue precisamente lo que hizo que Carol pensara que su compañero de viaje era su viejo amigo Pedro. Llegó un momento en que él le preguntó por Luisa, su gran amor de la adolescencia. Carol le dijo que se había casado y vivía en el extranjero, y que precisamente este viaje era producto de una invitación que le hizo Luisa para que la visitara. Una ligera expresión de melancolía se dibujó en el atractivo y varonil rostro de Pedro. Él amó a Luisa desde que la conoció, y cuando le confesó sus sentimientos ella lo despreció. Él le escribía cartas y ella se las regresaba sin abrir. Menos la última. Pedro pensó que quizás respondería lo que tanto esperaba, pero se equivocó pues al reverso de la carta le escribió cosas muy duras que terminaron por desmoralizarlo.

The young man with black hair and intensely blue eyes stared at her and realized he knew her. But from where? It took only a few seconds to find out, it was his beloved Carol! So many years without contact with her because he traveled so often and he had no idea he would meet her there. During the trip they talked about their lives and remembered many anecdotes they had lived together, especially the experience with Cuba Libre, which was precisely what made Carol think that her traveling companion was her old friend Pedro. At one point he asked her about Luisa, her great love from her adolescence. Carol told him that she had married and was living abroad, and that this trip was precisely the result of an invitation made by Luisa to visit her. A slight expression of melancholy came over Pedro's handsome, manly face. He loved Luisa from the moment he met her, and when he confessed his feelings to her she despised him. He wrote her letters and she returned them unopened. Except for the last one. Pedro thought that maybe she would answer what he was waiting for, but he was wrong because on the back of the letter she wrote him very hard things that ended up demoralizing him.

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Sufría tanto que no quería tener esas cartas, aunque tampoco quería echarlas a la basura. Así que decidió entregárselas a su mejor amiga para que las guardara. Al notarlo un poco distraído Carol tocó su hombro con delicadeza, él la miró con dulzura y le expresó que solo estaba pensando. Y en ese mismo instante le preguntó: Carol ¿y las cartas?. Ella le respondió que siempre las llevaba consigo. Al escuchar su respuesta Pedro suspiró profundamente. Casi que sin darse cuenta llegó la hora de almuerzo. Les trajeron la comida y continuaron conversando hasta que anunciaron que el avión estaba próximo a aterrizar. A Carol le saltaba el corazón de la emoción. Pedro por el contrario se sentía como fuera de lugar al saber que vería de nuevo a Luisa y probablemente con su esposo. No es que la amara todavía, no. Es que no estaba dentro de sus planes atravesar por esa situación. Y aunque no le guardaba ningún rencor, definitivamente sería un momento bastante incómodo.

She was suffering so much that she didn't want to have those letters, although she didn't want to throw them away either. So she decided to hand them to her best friend for safekeeping. Noticing him a little distracted Carol touched his shoulder gently, he looked at her sweetly and expressed that he was just thinking. And at that very moment he asked her: "Carol, what about the letters? She replied that she always carried them with her. When Pedro heard her answer, he sighed deeply. Almost without realizing it, it was time for lunch. They brought them lunch and continued talking until they announced that the plane was about to land. Carol's heart was pounding with excitement. Peter, on the other hand, felt out of place knowing that he would see Luisa again and probably with her husband. It wasn't that he still loved her. It was just that it was not in his plans to go through that situation. And although he didn't hold any grudges against her, it would definitely be a rather awkward moment.


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