A veces no valoramos lo que tenemos, y solo nos queda lamentarnos por ello, y recordarlo cada día. Entiendo a ese señor, quería mucho a mi padre, pero, era una hija orgullosa y que vivía molesta por cosas que habían pasado. Quizás si hubiese dejado el orgullo de lado y todos esos sentimientos negativos hubiese disfrutado más con mi padre, le hubiese hecho las preguntas que nunca me atreví, y hubiésemos llenado quizás el patio de flores (amo las flores y el lo sabía).
Este tipo de cosas te hacen reflexionar sobre la vida, sobre como tu mismo te arrebatas oportunidades importantes.