Decidí creer para cambiar | I decided to believe to change

Mis finanzas personales han sido una de mis mayores preocupaciones. Desde muy joven he ganado mi propio dinero, en la adolescencia vendía dulces, con lo que pagaba algunas cosas que quería. Y en la universidad hacía trabajos académicos para mis compañeros, lo que fue un gran alivio para mi bolsillo.

Mama y papá pagaban la universidad. Pero, al ser un gasto tan grande porque era costoso, había poco dinero. El mayor de mis problemas era que en una universidad privada debes de pagar los exámenes impresos, imprimir los trabajos, y gastar un montón de dinero para cada actividad.

Así que lo que ganaba lo usaba en ello. Mis padres igualmente me hubiesen dado lo que yo les pidiera, porque sabían que era buena estudiante, pero, veía trabajar a mamá y a papá y solo quería ayudar un poco, aligerar el gasto.

De esta forma me gradué de la universidad privada, gracias a mis padres, a su esfuerzo, y también a que puse un granito de arena, aunque era pequeño en comparación con el pago de un semestre, al menos siento que fue algo.

En mi adultez ha sido un poco rudo. He tenido trabajos con pésimos sueldos, y demás situaciones. Hasta ahora que estoy más tranquila, trabajando desde casa y administrando mi dinero.

Salir adelante es algo que es rudo, y también conseguir esa estabilidad, la cual es importante en la salud mental.

Habían veces donde me sentía tan, pero tan abrumada en mis primeros trabajos, porque en mi mente no entendía cómo mi cuerpo se sentía tan agotado mientras hacía un trabajo que no era correctamente remunerado. No había dinero en mi cuenta, y esta idea me torturaba. Solo pensaba en qué más hacer, y trabajaba por internet, también hacía manualidades en mi tiempo libre.

El problema con esto es que llega un punto en donde el cuerpo se siente destruido.

¿Cuánto tiempo tenía que soportar esto?

Esta era mi pregunta cuando llegaba a casa, sonreía, o a veces solo me iba a mi cama sin decir mucho. Detestaba mi trabajo, sentía que no valía la pena.

Pero, todo dependía de mí.

Si hubiese dejado ese trabajo y buscado uno mejor. Si hubiese hecho más cosas... En ese tiempo no lo pensé. Pero ahora creo que sin duda hubiese encontrado un trabajo mejor.

O quizás no.

Creo que también necesitaba aprender. Era una chica que apenas comenzaba los 20 años. Me ponía muy nerviosa por todo. Y debía usar esa curiosidad a mi favor.

Con el tiempo y las experiencias puedo decir que me hicieron más fuerte, a tomar mejores decisiones, a tener carácter.

También a usar la curiosidad para aprender de forma incansable. Me das un par de días y aprendo lo básico de una herramienta. Dame un mes y me hago experta. No soy pretenciosa, solo te digo que estoy dispuesta a aprender.

Pero, lo más importante que tenía que aprender es el soltar, el dejar las cosas ser, el mantener la mente en calma, en confiar

Porque yo... Yo... No creía en Dios lo suficiente.

No había trabajado en mi parte espiritual, no lo consideraba tan importante como ahora. Lo veía como "ok, está bien, me alegra". Era indiferente.

Fue un punto bastante bajo en mi vida, no creía en nada, fue difícil todo, mi país estaba en crisis. Y cuando pensé que las cosas no podían ser peor, empeoraron. En ese momento conocí a Dios, de la forma más impresionante. Empecé a creer fielmente, empecé a confiar, empecé a trabajar en mi espiritualidad.

Y esto es difícil sabes, y mucho. Tener tan metido en la mente de que debo hacer las cosas, que me cargo con mucha facilidad. Y pesa. Pesa mucho.

Por lo que he trabajado mucho en ello.

Poco a poco, cada día. Paso a paso. No es fácil, porque es como el ejercicio donde debes dejarte caer en los brazos de alguien. ¿Yo? ¿Dejarme caer? ¿Y si me caigo? Lo pensaba mucho.

Creo que algunas situaciones de mis 20 años fueron las que me hicieron tan desconfiada, esas personas que llegan de repente y no sabes ni por qué, ni para qué. Así que me costó mucho avanzar en ello, sanar esas heridas, sentir que podía confiar en otros.

Y hoy dos cosas me hicieron recordar todo esto de golpe.

La primera fue conversar con mi amigo. No puedo creer que alguien tan maravilloso este en mi vida. Todo producto de que empece a acercarme a las personas que quería en mi vida. De hecho, es gracioso la forma en la que lo conocí porque fue gracias a mi blog.

Estábamos en la universidad, lo vi, me le acerqué, y empecé a hablarle de web3, escritura y blogs. Él sonrió y nos hicimos amigos desde ese día.

Agradezco a Dios por ello. Porque también puedo decir que tengo más amigos, personas buenas, en las que puedo confiar y creer.

De la misma forma, hoy paso algo extraño. Pensé en revisar mi cuenta de banco porque solo me quedaban 100 Bs, y no recordaba que tarjeta había pasado por el punto de venta.

Abro y encuentro 900 Bs.

¿De donde salio esto? Veo los movimientos y solo hay una transacción de 200 Bs, lo demás son salidas de dinero.

Yo no tenía dinero. Gaste todo lo que tenía ayer, y solo me quedaba eso. Me dije a mi misma que gastaría el dinero ayer, pero que estaré tranquila porque llegará dinero, quizás de alguna venta de mis infoproductos (porque estoy trabajando en publicidad para obtenerlo). Pero, no llego de mis infoproductos y no hay ninguna transacción.

¿Es esta una señal?

No lo se. Solo se que confiar es algo que desde que lo aprendí me gusta hacerlo.

Me gusta confiar en Dios, me gusta creer que llegan buenas personas a mi vida, me gusta confiar en que mis cuentas no estarán vacías. Me gusta saber que puedo mirar atrás y sentir que he avanzado, que he aprendido. Me gusta ser otra persona, estar en otro momento. Atraer lo que realmente quiero.

Como verás, después de la tempestad viene la calma, y a veces tardan años. Para que esto llegará tardo muchísimo. Pero, para ello hay mucho trabajo detrás, el cual es importante cuando uno quiere un cambio en su vida.