Te entiendo perfectamente. Hubo momentos en mi vida en que siempre estaba irritado, o de mal humor cuando alguien tenía la osadía de querer estar conmigo. Gente que me quería. Y todo porque simplemente estaba ocupado trabajando. Imagínate tú. Desde luego, en realidad no era un trabajo difícil pero, tenías que estar al acecho de tareas todo el día. Cuando salían, se desvanecían inmediatamente y quien llegaba tarde apenas y le habría sacado algún provecho. Pasaba meses sin salir de casa.
Afortunadamente, aprendí a valorar la compañía de los demás y he aprendido valiosas lecciones de ellos desde entonces. Probablemente tendría más dinero hoy, pero mi soledad no tendría ningún consuelo.
Si, cuando perdemos el equilibrio acciones ilógicas parecen convertirse en lo que hacemos sin pensar, pero que bueno es tener la oportunidad de cambiar, de mejorar y sobretodo de ser enseñado, gracias por pasar.