En el mundo actual, es muy común ver que muchos individuos simplemente siguen a las multitudes (hordas o masas que no piensan en nada coherente) de una manera inconsciente y en esta conducta, se ajustan y acomodan a los pensamientos y creencias de la mayoría. Este fenómeno, bastante curioso, es a menudo denominado mentalidad de rebaño, y tiene efectos muy perjudiciales en el pensamiento individual y en los procesos de toma de decisiones de las personas.
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Rechazar esta clase mentalidad es crucial para fomentar en nosotros el pensamiento crítico y la independencia intelectual
Una de las razones cruciales por las que los individuos tienden a adoptar una mentalidad de rebaño se debe nada más y nada menos que al miedo a ser diferente o destacarse entre la multitud; a veces es incluso el miedo a cultivarse intelectualmente lo que les motiva. Todo esto por temor a sentirse rechazados; ahora dicho miedo al rechazo o la alienación puede hacer que los individuos se ajusten a las creencias y comportamientos de otros (grupos o individuos), incluso si personalmente no están de acuerdo con ellos.
En esto se percibe el miedo a destacarse y es la negación perenne del hecho de que todos los seres humanos somos diferentes y únicos. Sin embargo, es fundamental comprender que el verdadero crecimiento y desarrollo intelectual proviene de aceptar nuestras propias perspectivas únicas y en muchos casos, desafiar lo establecido.
El peligro con la mentalidad de rebaño es que conduce invariablemente a una falta de independencia, pensamiento propio y análisis crítico; por ende, conduce también en línea recta hacia la mediocridad. Ya que cuando los individuos simplemente siguen a la multitud sin cuestionar ni evaluar sus propias creencias, ni lo que sea que están adoptando como creencia o comportamiento (y lo que están proyectando de sí mismos), entonces es seguro que tomarán ante las situaciones y problemas, decisiones erróneas basadas en la emoción o la presión de sus compañeros en lugar de basarse en el pensamiento racional. Las personas con mentalidad de rebaño son patológicamente dóciles, débiles, sumisos y carentes de voluntad propia.
Ahora, al rechazar la mentalidad de rebaño, las personas pueden cultivar su capacidad de pensar críticamente, por sí mismos, y tomar decisiones verdaderamente informadas basadas en sus propios conocimientos y valores personales, lo cual es el deber ser de las cosas. Dicho de otra forma, rechazar esta clase de mentalidad es crucial para fomentar en nosotros el pensamiento crítico y la independencia intelectual.
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La mentalidad de rebaño y sus efectos sobre la personalidad, y la capacidad de creatividad e innovación
La mentalidad de rebaño también puede sofocar o menocabar la creatividad y la innovación, ya que cuando los individuos buscan constantemente la validación y aprobación del grupo (de uno cualquiera), pueden estar menos inclinados a pensar fuera de lo común (fuera de la caja) o explorar nuevas ideas.
Esto, sin mencionar además de que la propia personalidad de los individuos sufre, como consecuencia de no tener el valor para diferenciarse y reconocerse como únicos, y por tanto ser sujetos al deseo compulsivo de querer encajar a cómo dé lugar con las ideas, opiniones y comportamientos de otros. Es así que entonces las personas pierden su capacidad creativa y de innovación, lo que les impide alcanzar su máximo potencial de vida.
Es por esto que al rechazar la mentalidad de rebaño, uno puede entonces liberar su propio potencial creativo y progresar realmente en el ámbito en que se esté desempeñando.
La mentalidad de rebaño: Lo que hay que entender
Hoy en día la mentalidad de rebaño es algo más vigente que nunca, ya que existe esa creencia generalizada de que cualquier cosa es válida en pro de la libertad personal de los individuos, sin pararse a analizar detalles en cuanto a valores personales, en cuanto a idoneidad o lo que debería ser "el deber ser" de una sociedad y de individuos sanos.
Nada, simplemente existe en miles de personas esa creencia (que quieren presumir de convicción) de que todo está permitido y que es un derecho hacer cualquier cosa y creer en cualquier cosa, sin importar incluso si va contra natura o contra toda lógica. Es simplemente que estamos en la era en la que la gente cree que sumarse a la mentalidad en la que solo hay que sentirse bien (sin importar si se trata de una sensación de bienestar momentáneo y de carácter netamente efímero), es la meta suprema y su derecho inalienable.
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La gente con mentalidad de rebaño se cree diferente, pero simplemente hacen ruido (balido) sin sentido, al expresar lo que escuchan decir a otros (como unos loros), sin pararse a analizar si lo que dicen o hacen es coherente, congruente o racional. Pero no acaba allí, ya que este fenómeno también implica que la gente no quiere hacerse responsable por nada respecto a sus vidas, sino que todo lo atribuyen al gobierno, a la religión, a las circunstancias o a cualquier otro factor, y el punto clave es que siempre tienen una excusa para no lograr, actuar o pensar de forma acertada o coherente en sus vidas.
La mentalidad de rebaño entonces se ha convertido en un lastre y un vicio que cada individuo debe aprender a superar si no quiere quedar sumido en la mediocridad total y si no quiere quedar expuesto ante los depredadores que puedan tratar de aprovecharse de su condición indefensa o poco conveniente (porque todo rebaño está expuesto a ataques de lobos y otros depredadores).
En este sentido, políticos inescrupulosos y estafadores de oficios son solo dos de los tipos de depredadores (de los muchos que existen) a los que puede enfrentarse cualquier persona con mentalidad de rebaño. Así que ir en contra de la mentalidad de rebaño es entonces el deber ser, incluso si eso significa ir contra la corriente y llevarle la contraria a casi todos (como en efecto será).
Por todo lo dicho, además, podemos entender que la mentalidad de rebaño también puede inhibir el crecimiento personal y el autodescubrimiento. Ya que cuando los individuos se ajustan a un grupo (por generalizado que pueda parecer) sin cuestionarlo, pierden oportunidades de autorreflexión e introspección. Así que al rechazar la mentalidad de rebaño, seremos capaces de realizar una autoexploración mental significativa y desarrollar una comprensión más profunda de nuestros propios valores, creencias y aspiraciones.
Superar la mentalidad de rebaño significa reclamar y hacer valer nuestro derecho a pensar por nuestra propia cuenta, basándonos en la razón, en nuestros ideales y valores, incluso si ello implica ir en contra de lo que las masas insensatas e impensantes pregonan.
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