Al ocultar tus defectos, ocultas parte de tu propio ser.

Quien en su vida no se ha dejado llevar por las circunstancias? Todos en algún momento hemos sentido desesperación, tristeza, hemos caído en etapas depresivas, así como también hemos sentido miedo e ira. Nadie por muy iniciado que se encuentre en algún camino espiritual está exento de ello.

Es parte de esas características que nos hacen un ser humano, pues al ser seres completamente sensibles, nos volvemos una fuente de expresión física de los sentimientos mas hermosos y también de los más oscuros. Aunque la sociedad nos enseña que estos últimos no es conveniente mostrarlos por lo dañinos que son, esta manera de silenciarlos hacen que se vayan acumulando y fortaleciéndose dentro de nosotros, como cuando ponemos un vaso a llenarse de agua gota a gota.

Y qué pasa cuando nuestro vaso interno se ha llenado de esas oscuridades? Como el agua, comienza a derramarse. Cuando esos sentimientos ya no caben dentro de nosotros, comienzan a manifestarse en nuestra vida y de repente nosotros comenzamos a cambiar. No les ha pasado que alguien les hace algo y reaccionamos de una forma inesperada? Como si no fuésemos nosotros? Para luego crear otro sentimiento oscuro como la culpa, por haber reaccionado de esa manera.

Y así dejamos pasar el tiempo, con pequeños arranques de agresividad, creyendo que las circunstancias nos han fortalecido. La culpa está siempre presente, pero la vamos ignorando poco a poco porque no vemos inmediatamente las consecuencias de esas reacciones. Pero no sabemos que lo peor aun no llega.

Y de repente llega el dia en que la ira toma el control, se fue apoderando de todo mientras le dejabamos manifestarse en unos arranques que pensábamos no le hacían daño a nadie. Resulta ser que si tuvo consecuencias, nuestro círculo se vio afectado de una forma o de otra y también fueron alimentando sus propios monstruos interiores, hasta que igualmente tomaron el control y salieron fueron a pasear para cobrar venganza.

Yo ataco y ellos me atacan, todos nos sentimos ofendidos, nos sentimos dolidos y nos victimizamos. Porque para completar los conflictos se sincronizan y explotan todos al mismo tiempo. Después vamos por la vida creando nuevos círculos sociales y repitiendo el mismo ciclo, pues es tan normal que no caemos en cuenta que existe un problema dentro de nosotros.

Las oscuridades son parte de nosotros, es normal concebirse ideológicamente como seres perfectos, pero dentro de nosotros existen virtudes y existen defectos. Nos preocupamos por exagerar nuestras virtudes y por ocultar nuestros defectos, porque esa es la norma social, pero cuando hacemos esto siempre ocurre el ciclo que les acabo de describir, porque no somos capaces de mostrarnos plenamente en nuestro deseo de ser aceptados.

Como podemos cortar con esa cadena? Simplemente mostrándonos como realmente somos, virtudes sin exagerar y defectos sin disimular. Puede que a algunas personas nuestros defectos les parezcan muy desagradables, pero habrán otras quienes los compartan y lo vean normal, quizás hasta les agrade.

Las virtudes y los defectos incluso son cuestión de perspectivas, simplemente son características personales de todo ser humano, unas serán agradables y otras no, pero son parte de cada ser. El coartar parte de nuestro ser no nos deja ser plenos, al no serlo estamos lejos de nuestro camino a la felicidad, no estamos completos.