[Esp/Eng] ¿Quién soy? (5). Mis tres mayores cualidades: Reflexionando sobre mis cualidades

Hoy me uno a la iniciativa de @damarysvibra ¿Quién soy? (5). Mis tres mayores cualidades.

Reflexionar sobre nuestras cualidades no siempre es una tarea sencilla. A lo largo de mi vida, he identificado tres cualidades que me definen y que considero fundamentales en mi forma de ser: empatía, generosidad y honestidad. Sin embargo, también he aprendido que estas mismas virtudes, si no las equilibro con límites claros, pueden llevarme a situaciones donde la gente se aprovecha de mí. Este ha sido un proceso de aprendizaje continuo, en el que he descubierto la importancia de cuidar de mí misma al mismo tiempo que trato de ser lo mejor para los demás.

1. Empatía

La empatía es algo que siempre ha sido una parte esencial de mi personalidad. Desde muy joven, he sentido la necesidad de entender y conectar con las emociones de los demás. Cuando alguien se acerca a mí para compartir sus problemas o simplemente hablar, me esfuerzo en escuchar de verdad, no solo con mis oídos, sino con el corazón. Creo que la empatía es lo que nos permite tender puentes hacia los demás y construir relaciones más profundas y significativas. Sin embargo, a lo largo de los años, me he dado cuenta de que no todos aprecian este esfuerzo de la misma manera.

En más de una ocasión, he visto cómo algunas personas se han aprovechado de mi disposición para entenderlas y apoyarlas. Esto me ha dejado emocionalmente agotada en ciertos momentos, porque, aunque la empatía es un valor que aprecio, es importante no permitir que otros descarguen sus cargas en nosotros sin ofrecer reciprocidad o gratitud. Por eso, he aprendido que es fundamental poner límites, para no perderme a mí misma en el proceso de ayudar a otros.

2. Generosidad

Ser generosa es algo que me nace de manera natural. Para mí, la generosidad no es solo dar cosas materiales, sino también ofrecer mi tiempo, mi energía y mi disposición para ayudar a quienes me rodean. Siempre he creído que el simple acto de dar puede tener un impacto profundo en la vida de las personas. Ya sea un consejo, una mano amiga o simplemente una escucha atenta, trato de ofrecer lo mejor de mí en cada interacción.

Sin embargo, con el tiempo, he aprendido que la generosidad también debe tener un límite. Hubo momentos en los que sentí que algunas personas tomaban mi generosidad como algo garantizado, esperando siempre más sin consideración por mi propio bienestar. Estas experiencias me enseñaron que, aunque es valioso dar a los demás, también es esencial no descuidar mis propias necesidades. Ahora sé que ser generosa también implica ser generosa conmigo misma, aprendiendo a decir "no" cuando es necesario.

3. Honestidad

La honestidad es una cualidad que valoro profundamente y que considero la base de cualquier relación sólida. Para mí, ser honesta significa no solo decir la verdad, sino también actuar con transparencia y coherencia. A lo largo de mi vida, siempre he procurado ser sincera en mis palabras y acciones, porque creo que la confianza se construye a partir de la verdad.

No obstante, he descubierto que ser honesta puede ser un arma de doble filo. Algunas personas no están preparadas para escuchar la verdad, y en ciertos casos, ser sincera me ha llevado a enfrentar conflictos o malentendidos. Además, en ocasiones, al ser abierta y honesta, he visto cómo otros han usado esa información en mi contra. Esto me ha enseñado a ser cuidadosa sobre cuándo y con quién comparto mi verdad. La honestidad sigue siendo uno de mis principios fundamentales, pero ahora la ejerzo con más discernimiento.

A la conclusión que llegó es que a lo largo de los años, he aprendido que aunque la empatía, la generosidad y la honestidad son cualidades que me definen y que aprecio en mí misma, también es crucial encontrar un equilibrio. Establecer límites y aprender a decir "no" no disminuye estas virtudes, sino que las fortalece, permitiéndome seguir siendo fiel a mí misma sin sacrificar mi bienestar. Estoy orgullosa de estas cualidades, pero también sé que el crecimiento personal implica aprender a protegerse de aquellos que pueden aprovecharse de lo que somos. El equilibrio entre dar a los demás y cuidarme a mí misma es una lección que sigo aprendiendo día a día.