“Feliz Navidad” desde Saturnalia [esp-eng]

Abrasoles amigos usuarios de @holos-lotus.

Para entrar en tono de festividades y jolgorio, nuestra amiga @damarysvibra nos invita a su iniciativa Llegó Diciembre ¿qué vamos a hacer.
No dudes en hacerte parte y comentar junto a todos nosotros que harás esta navidad y si es que por casualidad te consideras un Grinch.

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Diciembre, mes que debería llamarse “Navidad” ya que al parecer este es el único día y fecha que tiene mayor importancia, olvidamos los otros 23 días o más bien los 22 días restantes ya que entrados al día 31 el cuerpo nos recuerda que es Año Nuevo.

Por otro lado y no menos importante, diciembre es el claro sinónimo del consumismo desmedido y sin sentido que pueda existir, es como si cada uno ingresara a una larga carrera por llevarse el premio 🏆 al mejor regalo 🎁 de navidad 🌲 perdiendo el verdadero sentido de esta festividad; muchas veces se busca ser notados por la espectacularidad del regalo dejando de lado el sentimiento y en esta parte supongo los mismos medios de comunicación y retail tienen la culpa de esta distorsión a la que ingresamos con tarjeta de invitación al ser adultos.

Por este motivo siento, creo y reafirmó que la festividad de Saturnalia (Navidad) no es más que un “intercambio por compromiso” de obsequios (regalos) que uno jamás tuvo en sus planes. Es decir, y vamos a ponerlo en un ejemplo demasiado común para estas fechas y que así lo veamos desde otra perspectiva.

Por lo general en estas fechas, sobre todo en los lugares de trabajo, se suele jugar al “amigo secreto”, aquel juego donde los nombres de cada uno van depositados en una bolsa, como si cada quien escogiera un tributo o algo por el estilo. Cada persona ingresa su mano y tientas saca un papel, muchos rogando sacar su propio nombre y evitar el “compromiso adquirido por presión” y darse un autoregalo y así desprenderse del estrés de buscar algo para alguien que casi no conocemos.

En base esto, siento que la instancia de compartir un regalo deja de tener sentido cuando el acto solo ocurre por una especie de obligación laboral, es como si fuese una cláusula del contrato en la que se expresa que cada diciembre los colaboradores sean antiguos o nuevos deben someterse al intercambio de regalos, claro, con sus pautas bien marcadas ingresando el monto mínimo y máximo de dicho obsequio. Entonces, deja ser un detalle, para convertirse con reafirmación de causa, que aquel acto de pseudo compañerismo es mero protocolo que nace desde arriba dejando el libre albedrío de dar un obsequio a quien en realidad te cae bien y has creado lazos de amistad sincera y recíproca.

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¿Soy la Grinch de Saturnalia?

Puedo decir con toda la honestidad que me gusta la Navidad, sin caer en el consumismo. Y es que para mi, las navidades son de los niños, ellos son los que guardan la magia de creer y confiar y nosotros como adultos estamos en la obligación de perdurar la magia sabiendo que al ser adultos harán lo mismo para con sus familias.

Entonces, si soy una Grinch de Saturnalia, pero es una distinta a la entregada por Jim Carrey en su película robando la navidad de los Quien, mi Grinch interior no roba navidades, más bien protege la magia de preparar una galleta a Santa Claus 🤶, de poner una zanahoria 🥕 fresca a los renos 🦌 y dejar un vaso frío de gaseosa (Coca-Cola) ya que en este sector del hemisferio hace mucho calor.

Mi punto es: prefiero insertar recuerdos de magia familiar, adornar el árbol 🎄 en familia, poner las luces, las esferas, luego decorar el patio y cuando llega la noche encender las luces y ver como brillan, pero, yo no veo las luces, más bien, veo las caritas de mis hijas, sus ojos brillantes, sonrisas alegres, sinceras, sus manos pequeñas entrelazando las nuestras, le siguen sus brincos y algún baile de emoción y ante eso díganme ustedes ¿puede haber algo mejor?

Conforme avanzan los días crean su carta ✉️, nunca piden mucho, ellas saben que son demasiado niños en el mundo y lo que me llenó el alma fue lo que me dijeron años atrás –un juguete nada más porque así Santa Claus puede llevar algo a todos y que ningún niño o niña quede sin su regalo–, ante aquella respuesta llena de empatía ¿puedo pedir algo más? ☺️

Como decía, avanzamos cada día con algo nuevo, ya sean películas, dibujos animados y dibujos para colorear y ya llegando al día 23 de diciembre hacemos las galletas juntos.
Papá bate la mezcla, Rocío y Julieta ponen todo en el bol, mamá enciende el horno y prepara la placa, luego formamos las galletas y las llevamos a la placa y listo, ya se van al horno.
Cuándo están listas, ambas escogen una galleta, la dejan aparte y el resto las comen y comparten a todos en la casa.

Llegadas las diez de la noche, preparan el plato con las galletas, la zanahoria y el vaso de gaseosa, abajo del árbol con mucho cuidado y luego se van a acostar.
Ya es deber de la Grinch de Saturnalia hacer su parte; como las galletas, dejo algunas migajas, bebo la gaseosa y doy mordiscos a la zanahoria, luego dejó huellas en el piso, uso harina y me pongo unas botas de mi esposo, con eso termino la escena de la llegada de Santa Claus y que al despertar de mis pequeñas continúe la magia, sus rostros anonadados viendo las huellas, el árbol con regalos, las migajas en el plato y una nota de Santa Claus dando las gracias a ambas.

Siempre es Julieta quien salta diciendo que ella sintió la magia y escucho un trineo, mientras Rocío reafirma qué lo que su hermana ha escuchado es la más rotunda realidad.

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Esa es la paga más grata y sincera a resguardar la magia, que mis niñas sientan que todo es real es un tesoro y de paso recordar mi propia infancia, donde Santa Claus venía y dejaba los regalos y siempre sabía que quería sin decirle nada a nadie, imaginaba que observaba todo por una bola mágica, aunque hoy en día la tecnología ayuda tanto que una aplicación nos ayuda a que nuestros pequeños hablen con Santa Claus reforzando toda esta maravillosa magia.

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¿Qué haré esta navidad?

Somos de compartir obsequios, nada ostentoso, más bien algo que le guste y sirva a cada quien, no de precios exorbitantes ya que como dije, la navidad para nosotros es de los niños, y no por ser avaros, sino más bien que lo que importa de verdad es el tiempo y detalle. Antes de eso cenamos, preparamos la cena entre mi marido, mi madre y yo, ponemos algo de música, encendemos las luces del árbol y ponemos la mesa, la plática se hace amena, recordamos a los que no están físicamente y han parido al cielo, agradecemos la salud que hemos tenido y que esperemos seguir teniendo.

Luego cenamos todos juntos, hablamos de cualquier tema y antes de abrir los regalos, las niñas miran sus botas colgadas en la pared, dentro siempre hay caramelos, chocolates, galletas y un jugo, además, siempre encuentran una nota de nosotros sus padres, en ellas van las emociones que nos hicieron vivir y sentir durante el año y es un momento de emoción y abrazos, sus rostros iluminados leyendo, por lo menos Rocío lo lee sola ya que sabe hacerlo y de paso ayuda a su hermana menor ya que ella aún está aprendiendo.

Luego, al abrir los regalos nos damos un abrazo y agradecimiento por el esfuerzo, cariño y tiempo dedicado a este gesto, ya que el real propósito y significado de la navidad es agradecer lo que tenemos y quienes están en nuestras vidas de manera honesta y desinteresada.

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La Navidad no significa dar el mejor regalo, el más caro o hermoso.
Grinch no es significado de odiar la navidad, más bien es sinónimo de su real significado, no importa los regalos, importa el amor, la amistad y compañía ya que lo material se rompe sin embargo, lo emocional perdura y crece día a día.

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​🔔 ¡La Magia se Comparte!

​Y ahora, después de confesar mi papel como Grinch protector de la magia, quiero leerlos a ustedes.

• ¿Cómo cultivan la magia de la Navidad en casa?
• ¿Son Grinch por convicción o amantes declarados del jolgorio decembrino?

​Los invito a unirse a la iniciativa de @damarysvibra Llegó Diciembre ¿qué vamos a hacer? y a compartir su propia visión.

​¡Feliz Saturnalia!

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English

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Abrasoles dear friends and users of @holos-lotus.

To get into the festive spirit, our friend @damarysvibra invites us to join her initiative December is here, what are we going to do?.
Feel free to join in and share with us what you'll be doing this Christmas, and whether or not you consider yourself a Grinch.

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December, a month that should be called "Christmas" since it seems that this is the only day and date that matters, we forget the other 23 days, or rather the remaining 22 days, because when the 31st arrives, our bodies remind us that it's New Year's.

On the other hand, and no less important, December is clearly synonymous with excessive and senseless consumerism. It is as if everyone enters a long race to win the prize 🏆 for the best Christmas gift 🎁 🌲, losing sight of the true meaning of this holiday. often we seek to be noticed for the spectacular nature of the gift, leaving aside the sentiment, and in this regard I suppose the media and retail are to blame for this distortion that we enter into with an invitation card when we become adults.

For this reason, I feel, believe and reaffirm that the festival of Saturnalia (Christmas) is nothing more than a "compromise exchange" of gifts that one never had in their plans. In other words, let's use an example that is all too common at this time of year so that we can see it from another perspective.

Usually at this time of year, especially in workplaces, people play "Secret Santa", a game where everyone's names are put into a bag, as if each person were choosing a tribute or something similar. Each person puts their hand in and randomly pulls out a piece of paper, many praying to pull out their own name and avoid the "commitment acquired through pressure" and give themselves a gift, thus relieving themselves of the stress of finding something for someone they hardly know.

Based on this, I feel that the act of sharing a gift ceases to make sense when it only occurs because of some kind of work obligation. It is as if it were a clause in the contract stating that every December, employees, whether old or new, must participate in the gift exchange, of course, with clearly defined guidelines setting the minimum and maximum amount for the gift. So, it ceases to be a thoughtful gesture and becomes a reaffirmation of the cause, that this act of pseudo-camaraderie is mere protocol that comes from above, leaving you free to give a gift to someone you actually like and with whom you have formed bonds of sincere and mutual friendship.

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Am I the Grinch of Saturnalia?

I can honestly say that I like Christmas, without falling into consumerism. For me, Christmas belongs to children; they are the ones who hold on to the magic of belief and trust, and we as adults have an obligation to keep that magic alive, knowing that when they grow up, they will do the same for their families.

So, if I am a Saturnalia Grinch, it is a different one from the one portrayed by Jim Carrey in his film stealing Christmas from the Who. My inner Grinch does not steal Christmas, but rather protects the magic of baking a biscuit for Father Christmas 🤶, putting out a fresh carrot 🥕 for the reindeer 🦌 and leaving a cold glass of soda (Coca-Cola) because it is very hot in this part of the hemisphere.

My point is: I prefer to create memories of family magic, decorating the tree 🎄 as a family, putting up the lights and baubles, then decorating the garden, and when night falls, turning on the lights and watching them shine. But I don't see the lights; rather, I see my daughters' faces, their bright eyes, their joyful, sincere smiles, their little hands intertwined with ours, followed by their jumps and dances of excitement, and tell me, could there be anything better?

As the days go by, they write their letter ✉️. They never ask for much; they know there are too many children in the world, and what filled my soul was what they told me years ago: "Just one toy, so that Santa Claus can bring something to everyone and no child is left without a present." Faced with that empathetic response, can I ask for anything more? ☺️

As I was saying, we move forward each day with something new, whether it be films, cartoons, or colouring pictures, and when 23rd December arrives, we make the biscuits together.
Dad beats the mixture, Rocío and Julieta put everything in the bowl, Mum turns on the oven and prepares the baking tray, then we shape the biscuits and put them on the tray, and that's it, they're ready to go in the oven.
When they're ready, they both choose a biscuit, set it aside, and eat the rest, sharing them with everyone in the house.

At ten o'clock at night, they carefully place the plate with the biscuits, the carrot, and the glass of fizzy drink under the tree and then go to bed.
Now it's up to the Saturnalia Grinch to do her part; I eat the biscuits, leaving a few crumbs, drink the fizzy drink and take a few bites of the carrot, then leave footprints on the floor, use flour and put on my husband's boots. With that, I finish the scene of Santa Claus' arrival and when my little ones wake up, the magic continues, their faces stunned as they see the footprints, the tree with presents, the crumbs on the plate and a note from Santa Claus thanking them both.

It's always Julieta who jumps up saying that she felt the magic and heard a sleigh, while Rocío reaffirms that what her sister heard is the absolute truth.

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That is the most gratifying and sincere reward for preserving the magic. The fact that my girls feel that everything is real is a treasure, and it also reminds me of my own childhood, when Santa Claus came and left presents and I always knew what I wanted without telling anyone. I imagined that he watched everything through a magic ball, although today technology helps so much that an app helps our little ones talk to Santa Claus, reinforcing all this wonderful magic.

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What will I do this Christmas?

We like to share gifts, nothing ostentatious, but rather something that each person likes and can use, nothing exorbitantly priced because, as I said, Christmas for us is about the children, and not because we are stingy, but rather because what really matters is the time and thought put into it. Before that, we have dinner, which my husband, my mother and I prepare together. We put on some music, turn on the tree lights and set the table. The conversation is pleasant, we remember those who are no longer with us and have gone to heaven, we give thanks for the health we have had and hope to continue to have.

Then we all have dinner together, talk about anything and everything, and before opening the presents, the girls look at their boots hanging on the wall, which always contain sweets, chocolates, biscuits and juice. They also always find a note from us, their parents, expressing the emotions we have experienced and felt during the year. It is a moment of emotion and hugs, their faces lit up as they read.

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Christmas is not about giving the best, most expensive or most beautiful gift.
The Grinch does not hate Christmas, rather he embodies its true meaning: gifts are not important, what matters is love, friendship and companionship, because material things break, but emotions endure and grow day by day.

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🔔 Magic is shared!

And now, after confessing my role as the Grinch protector of magic, I want to hear from you.

• How do you cultivate the magic of Christmas at home?
• Are you a Grinch by conviction or a self-proclaimed lover of December festivities?

I invite you to join @damarysvibra's initiative December is here, what are we going to do? and share your own vision.

Happy Saturnalia!

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Las fotografías son de mi propiedad y tienen restricción de uso de terceros sin mi consentimiento.

Las imágenes usadas fueron creadas en Gemini AI.

El texto fue traducido en deepl versión free.

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