La valentía que nos hace fuertes

A veces no necesitamos ser valientes, en muchas circunstancias puedo decir que no lo somos, solo nos dejamos llevar por la adrenalina del momento, o son las palabras que me digo cuando sé que, a mi alrededor, se amerita algo de atención o un poco de aliento. La valentía es parte de nosotros por bien o mal, siempre nos va a acompañar porque ella nos hace fuerte el ánimo para afrontar las vicisitudes que ocurrieron o están por venir. Y ante esta realidad, a veces me pregunto si mi coraje en sí puede determinar que soy valiente.

Una persona valiente debe actuar de manera decidida y tener temple para poder realizar una toma de decisiones apresurada, es de gran valor creer en nuestras habilidades y en nuestra capacidad para hacerle frente a lo que venga, siempre estar dispuestos a hacer cualquier cosa, y hacer de las cosas algo productivo. Una persona valiente es como el ave fénix, resurge de sus cenizas, se recupera de los contratiempos y sin importar el obstáculo al frente, sigue avanzando con la frente en alto, valiente aquel que sin importar a lo que se enfrente nunca olvida sus valores y siempre está presto para el momento.

Para ser valiente se debe ser observador y medidor, porque si no determinamos los lugares donde estamos en el momento de ser valientes o de jugarnos el estatus de #héroes podemos colocar nuestras vidas en peligro, por ello no hay que ser impulsivos, sino más bien calculadores, más no fríos, siempre empáticos, puestos y dispuestos a #ayudar a quien necesita ayuda.

La valentía nos hace ser fuertes, tanto, que a veces dejamos de tener miedo a cosas o a circunstancias a las que otros temerían, y aunque pareciera falso, ser valientes, puede ser de inspiración y de motivación para otros, saben algo conozco a una persona muy valiente y es sumamente admirable, pero, al momento de entablar una conversación con otros se queda callado o huye del lugar donde nos encontremos.

Saben no siempre, la valentía se evidencia de la misma manera en todas las personas, a veces no se amerita ser intrépido y arriesgado en todo momento, sino más bien tener la fortaleza interna para afrontar los desafíos que se presenten en nuestra vida, saber actuar, estar decidido y confiar que sin importar el problema, todo en la vida tiene solución o bueno casi todo, hay que ser conscientes de nuestra capacidad como individuos, o recordar eso, que somos personas y no máquinas.

No juzgo a nadie y nunca lo haré, porque la valentía que nos hace ser valientes es una cualidad, tú que me estás leyendo, si eres valiente y nadie te lo ha dicho te admiro, y antes de que digas que no te conozco.

Te admiro por el temple que tienes para afrontar la vida como un roble, y aunque entiendo que por dentro te estás derrumbando, tu coraje y tu fuerza son valiosas, porque aunque no lo veas nos #enseñas hacer más fuertes cada día, si tú puedes, nosotros también podemos ser mejores personas.

Gracias por tu valioso tiempo, gracias por leer a este viejo, y bueno, nos leemos la próxima.