No siempre la motivación llega a nosotros por situaciones positivas, en la adversidad también podemos encontrarla. En mi caso particular, como nos pasa a todos, he tenidos esos bajones emocionales que obviamente nos hacen sentir desmotivados, pero, a pesar de eso, habían seres que dependían de mí y por eso debía levantarme. Cuando mi padre estaba vivo, de alguna manera eso me motivaba a no quedarme en cama porque debía atenderlo, al igual que mis mascotas. También los amigos, las historias de otras personas que han logrado superar grandes calamidades, han formado parte de mi motivación y hasta me he dado cuenta que me ahogaba en un vaso de agua, y es que, la cosa no era tan grave como yo pensaba. Era como aquella vieja historia, “me quejaba por no tener zapatos hasta que vi a una persona que no tenía pies”.

Hace unos meses pasé por momentos de tristeza, para salir adelante (algo que me ha costado mucho), me refugié en aprender a cantar y a escribir en Hive, creo que nunca había sido tan consecuente en la plataforma como cuando yo “me sentía feliz”. En estos días y siempre, recuerdo a mis padres, que ya no están, me parece increíble y no quiero sonar redundante, pero es que no lo puedo evitar, no tengo hijos y para algunos puede parecerle extraño lo que pueda motivarme. Sin embargo, me siento motivada, la vida en sí misma, esa que quiero vivir, me motiva, mis metas, arreglar mi casa, mi trabajo, mis amigos, familia, momentos, todo eso es lo que me motiva.