¡Hola! Javier.
¿Qué aportar a este diálogo interior? No me parece tan fácil vaciarse de lo vivido. Recuerdo, sentimientos y emociones en mi experiencia no se van, si siquiera las creencias y los hábitos.
Aunque me he librado de alguno, no es tarea fácil.
Una evaluación sincera y algo parecido a una desfragmentación del disco duro sería ideal, aunque no estoy muy seguro de llevarla a feliz término.
Falta poco para la media noche y aunque no tengo sueño intentaré conciliarlo para vivir mañana lo que sea que nos toque.
Salud.
Hola, Félix
Claro, nada fácil de seguro. Vaciar el vaso o romperlo, implica el peligro de olvidar en lo amargo, las experiencias que nos templa para acometer el mundo, tal como es. Me gustó mucho la analogía del disco duro. Bueno, reordenar y optimizar los aprendizajes, también ayuda a prepararnos para lo que aún, nos falta por vivir.
Saludos, mi amigo.