La vida tiene sus altas y bajas, nosotros como seres humanos, somos capaces de transitar por este aquí y ahora de diferentes formas, bien podemos aprender a ser felices, teniendo la consciencia plena de que cada momento es único y de que cada situación, persona, evento o circunstancia nos deja un gran aprendizaje. Son diferentes las formas que tenemos cada uno de ver la vida y de afrontar eso que en nuestro devenir se vuelve un paso adelante. Soy de las personas que cree y confía que todo lo que nos llega por obra del universo viene cargado de elementos positivos que nos permiten transformarnos en mejores personas, si aprendemos a ver lo que está más allá de las apariencias.

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Una de las cosas más difíciles de aprender desde mi perspectiva es la posibilidad y la responsabilidad que tenemos con nuestra propia vida al momento de tomar la decisión de cambiar la ruta. No, es fácil, pero tampoco imposible. Todos en algún momento de nuestra vida hemos sentido esa incomodidad de no estar a gusto en un lugar o situación. Esa sensación de no pertenecer o no querer estar en ese espacio que en algún momento fue nuestra decisión de vida o quizá fue sólo la alternativa que tuvimos y con el paso del tiempo se convirtió en un lugar donde nos hemos quedado demasiado tiempo.

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Cuando llegan esas señales a nuestra vida, que se manifiestan en esa incomodidad de ya no querer avanzar por el mismo camino es cuando llega el momento de cambiar la ruta. No debemos tener miedo, cada día es una valiosa oportunidad para empacar nuestras cosas y comenzar un viaje hacia donde nos lleve nuestro corazón y nuestro sexto sentido. Para cambiar ruta solo debemos abrir nuestro campo visual y descubrir que más allá de eso que tengo frente a mis ojos, se encuentra un abanico de posibilidades, ninguno de nosotros es hoy lo que era ayer y no estamos obligados a ser mañana lo que somos hoy. Todo es cuestión de amor propio y respeto a nuestra vida.

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Debes creer posible cambiar, debes tener la convicción que más allá, de lo que hasta ahora haz conocido y, que en este momento ya no te llena como ser humano espiritual y físico, existen muchas más rutas para descubrir. Un camino nuevo implica un conocimiento profundo en primer lugar de eso que yo quiero y deseo para mí, se trata, además de un conocimiento de mis habilidades y potencialidades, esas que me permitirán llegar hasta donde deseo. Quedarme en un mismo lugar, especialmente, cuando ya no soy feliz, mis queridos lectores nunca debe ser una opción.

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Y ustedes, pensarán que quizá esas decisiones toman su tiempo, que no podemos llegar y cambiar todo de un solo momento. Bueno, déjenme decirles, que el universo se encarga de ponerlo todo en su lugar y, que si tú no eres capaz de tomar una decisión por amor propio, será la vida misma quien te mostrará cómo y cuándo debes hacerlo. Todos los cambios son necesarios, algunos duelen, nos entristecen, pero, saben al final, siempre te llenan de felicidad porque solo al final comprendes que tu vida merece mucho más que sólo quedarte esperando en el mismo lugar.

Gracias a todos mis amigos, lectores y nuevos conocidos, estuve un tiempo reconectando mi energía.

You can always change the route.