iniciativaSaludos, amigos de @holos-lotus, vengo por aquí a la propuesta por @lilianajimenez, donde reflexiona acerca de cómo se sale adelante, con los mínimos recursos y en situaciones realmente precarias.

Recuerdo que en época de pandemia surgió un grupo en Facebook que se llamaba Aguantando la Pela, en él las personas sugerían cómo hacer para resolver los problemas diarios con la falta de productos. Algunas algo insólitas que mostraban el desespero pero también la creatividad. Una constante que forma parte del día a día, porque cuando no es la inexistencia del artículo es la falta de dinero para comprarlo.

De alguna manera se fue creando una normalidad de lo anormal, y los niños van creciendo creyendo, que así como se vive, es el deber ser y esto es dañino para una sociedad, donde los valores se pierden y se crean prácticas aberrantes, nocivas para el crecimiento de un pueblo.

Algo llama mi atención desde hace mucho tiempo y es la cantidad de personas que hacen vida en las aceras, sacan sus sillas y pasan las tardes allí. En esos contextos he visto: gente comiendo, lavándose los pies, en lo que parece ser una actividad de pedicura; peinándose, jugando barajas o dominó, y un sin fin de actividades de las comunes que normalmente se realizan en el interior de las casas. El motivo es que por no haber servicio eléctrico hay mucho calor; pero esto se ha vuelto tan común, que es ya una práctica habitual haya o no energía eléctrica.

En las colas para comprar gasolina, he visto también especies de campamentos para guarecerse del sol, donde socializan los choferes mientras esperan. ¿Me estoy saliendo del tema? Definitivamente, no. Hacer las cosas bien con los mínimos recursos implica tomar en cuenta no solo la falta de dinero, sino también los servicios básicos y considerar que es lo mínimo que podría hacerse para paliar la situación.

¿Qué hace la peluquera, que comienza a secar el cabello o alguien que está recibiendo nebulización cuando falla la energía eléctrica? Frustración y desesperación, por poner solo dos ejemplos ¿Con qué recursos trabaja el odontólogo que no tiene agua en el consultorio? El venezolano ha tenido que adaptarse con la falta de recursos en diferentes aspectos de la vida.

En muchos casos, como la fábula de la zorra y las uvas, se piensa que no era muy bueno lo perdido, que no es el momento de recibir o se empieza a ver qué es lo positivo de lo que se está viviendo. «Ya sé lo que es vivir en austeridad», «por lo menos aprendí a reconocer al verdadero amigo»: frases que he escuchado.

Tener estrategias para estos eventos significa que se tiene también experiencia vivida, si no, la sorpresa del momento dicta las pautas. Ante las situaciones, que surgen, trato primero de guardar silencio, evito la queja, me abstengo de usar las redes y busco ocupar la mente en otras cosas.

Intento no perder la voluntad, sé de gente que tiene los recursos y los medios y se siente paralizada y tampoco hace. A veces con pocos ingredientes, pero hecho con esmero, un plato queda mejor que el que tiene todos los ingredientes y la persona no se entusiasma en cocinar con agrado.

La paciencia es otro elemento a tomar en cuenta para saber esperar sin dejar de hacer. Todo tiene solución y muchas veces cuando damos una mirada al pasado vemos que eso que nos angustió en un momento, se resolvió y resultó una enseñanza.

Gracias por tu amable lectura.

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