Vivimos inmersos en rutinas y experiencias cotidianas que van cargando de estrés nuestro organismo. Yo me sorprendo de lo rápido que puede contracturarse mi cuello con cualquier situación de la vida diaria, que se salga de lo común, realmente son muchas: colas, ausencia de transporte público, situación climática, economía familiar, entre otros.

Siendo que estos elementos forman parte de la vida diaria es común sentirse agobiado con mucha frecuencia lo que trae consecuencias para nuestra salud. Ciertamente, podemos realizar técnicas de meditación que nos proporcionarán alivio, pero si tenemos la posibilidad de salir y buscar un lugar donde podamos respirar aire puro y sentirnos en sintonía con la naturaleza no dudemos en hacerlo.

_{Camino al río Polvorín.}

Eso fue lo que hice hoy. Teníamos días planificando la ida al río Polvorín, en Turmero, estado Aragua, pero las lluvias nos cambiaban los planes. Hoy fue el día de poder hacerlo. Nos levantamos un poco más temprano para preparar algunos sándwiches y a las siete de la mañana estábamos saliendo de casa. El cielo se veía con unas nubes grises que presagiaban mal tiempo, pero decidimos seguir con los planes.

Por ser día del trabajador pensamos que pudiera haber más afluencia y más tráfico pero resultó todo lo contrario. Un delicioso paisaje nos envolvió rápidamente. Las tonalidades de verde competían entre ellas, y el sonido de las chicharras dieron el acompañamiento necesario. No había el ruido habitual con música estridente y lo mejor: tampoco había conexión telefónica, lo que garantizó total entrega a la naturaleza sin distractores.

La bienvenida que da ese sonido especial del agua rodando y golpeando las piedras es músical y produce de inmediato un sosiego muy agradable. Con mucho cuidado con las piedras caminé sintiendo el agua fría en mis pies, busqué un lugar donde el agua caía y formaba un pequeño pozo y me acosté a ver el cielo, de inmediato sentí en mi espalda el beneficio del agua fría corriendo y llevándose cualquier incomodidad o malestar de mi cuello.

Agradecer, no queda sino ese ejercicio benefactor que llena tanto. La naturaleza es un regalo perfecto, nada descuadra, todo se integra para brindar armonía, es necesario mantener una actitud contemplativa y disfrutar cada elemento. El tiempo transcurrido en esas aguas fue de gran beneficio para mí y mi salud.

La ciudad se va volviendo monótona, con sus vallas conocidas y el ir y venir de la gente apurada con rostros contrariados y mal humor, en las zonas rurales nos encontramos con lo campestre, animales y plantas que siempre atrapan nuestra atención.

_{El transporte de los lugareños.}

_{Plantas de bugambilias.}

Volveré, cada vez que la ciudad canse, volveré. Lo haré para conseguir ese momento de paz total, para buscar un sitio donde pueda estar sola y en silencio, donde pueda ver el cielo y llenarme de la majestuosidad de los árboles, donde pueda sentir la maravillosa naturaleza y reconocer que todavía hay esperanza.

Versión en inglés

We live immersed in routines and daily experiences that load our body with stress. I am surprised how quickly my neck can contract with any situation of daily life that is out of the ordinary, and look how many: queues, lack of public transport, weather situation, family economy, among others.

Since these elements are part of daily life, it is common to feel overwhelmed very often, which has consequences for our health. Indeed, we can perform meditation techniques that will keep us relieved, but if we have the opportunity to go out and find a place where we can breathe fresh air and feel in tune with nature, do not hesitate to do so.

_{way to the river Polvorín}

That was what I did today. We had days planning the trip to the Polvorín river, in Turmero, Aragua state, but the rains changed our plans. Today was the day to do it. We got up a little earlier to make some sandwiches and by seven in the morning we were leaving the house. The sky was covered with gray clouds that presaged bad weather, but I needed to continue with the plans.

Because it was Labor Day, we thought that there could be more influx and more traffic, but the opposite turned out. A delicious landscape quickly enveloped us. The shades of green competed with each other, and the sound of the cicadas provided the necessary accompaniment. There was not the usual noise with loud music and the best thing: there was also no telephone connection, which guaranteed total dedication to nature without distractions.

The welcome given by that special sound of the water rolling and hitting the stones is musical and immediately produces a very pleasant calm. Very carefully with the stones I walked feeling the cold water on my feet, I looked for a place where the water fell and formed a small well and I lay down to see the sky, I immediately felt on my back the benefit of the cold water running and taking away any discomfort or discomfort in my neck.

To thank, there is nothing left but that beneficial exercise that fills so much. Nature is a perfect gift, nothing goes wrong, everything integrates to provide harmony, it is necessary to maintain a contemplative attitude and enjoy each element. The time spent in those waters was of great benefit to me and my health.

The city is becoming monotonous, with its familiar billboards and the coming and going of people in a hurry with disgruntled faces and bad humor, in rural areas we find the countryside, animals and plants that always catch our attention.

_{The transport of the locals}

_{Bougainvillea plants adorn the sector}

I'll be back, every time the city gets tired, I'll be back. I will do it to get that moment of total peace, to find a place where I can be alone and in silence, where I can see the sky and fill myself with the majesty of the trees, where I can feel the wonderful nature and recognize that there is still hope.