Crónicas de lo cotidiano 130: "Iniciamos un nuevo año laboral", por bonzopoe

Ayer, 2 de Enero, iniciamos formalmente las actividades laborales de este nuevo año. Poco nos duraron las vacaciones, y aunque todavía no estamos a full en el trabajo, este ya ocupa buena parte de nuestro día y nuestros pensamientos, para bien o para mal.

Ya hoy me tocó aplicar un examen de recuperación a alumnos rezagados, y mañana aplicaré otro, e iniciaré clase con dos grupos. Ojalá y tuviera más tiempo para mi, para relajarme, porque en realidad me hace falta después de un 2024 de lo más movido, pero no es así.

Lo que me hace pensar en que cada vez más vivimos para trabajar, en vez de trabajar para vivir. Algo que ni siquiera los contrarians como yo, pueden evitar. Vivimos en un mundo en el que hay un culto a la productividad apabullante, y no hay manera de escapar de él, porque para donde miremos nos tiene rodeados.

Los horarios, los tiempos y las prioridades sociales las impone la mayoría, y si esta está montada en el caballo del 'tiempo es dinero', y la cultura del hustle, como le llaman los estadounidenses, en donde todos van como locos compitiendo entre si para ver quien logra más, como si solo de eso dependiera su valía como personas, pues no es mucho lo que se puede hacer.

Incluso cuando alguien, como quien escribe, hace todo lo posible para escapar de las garras de ese sistema, es imposible no salir con algunos arañazos como evidencia de la lucha diaria por lograr marcar tu propio ritmo y tus propias metas dentro de lo que las circunstancias lo permiten.

Por ejemplo ahora tengo que ponerme a preparar mis clase de mañana, y este fin de semana tengo que terminar las planeaciones académicas que empecé a redactar ayer, en vez de disfrutar de un buen libro o una buena película, que es lo que preferiría hacer.

Lo que hago es hacer la experiencia lo más llevadera posible, y darle un poco la vuelta a la situación. Me pongo a trabajar escuchando buena música, tomando café recién molido, y haciendo pausas para hacer otras cosas como escribir este post. No puedo elegir las cartas que me tocan, pero si puedo elegir como jugar con ellas.

Me da gusto ver de nuevo a mis alumnos, no me malentiendan, pero me hubiera gustado verlos un poco después, y creo que ellos se sienten igual, pero los calendarios son así y hay que respetarlos porque no hay de otra. Espero algún día no tener que trabajar para otros, o hacerlo mucho menos que ahora, que cabe mencionar que es menos que antes, pero aún no es suficiente para sentirme fuera del sistema.

Ahora soy una pseudo-anomalía en él. No soy un aspiracionista como la mayoría. No trato de competir contra mi mismo ni contra los demás, sino que trato de vivir una vida tranquila, en equilibrio, lo que muchos podrían calificar como "una vida mediocre", afortunadamente nunca me ha importado mucho lo que piensen los demás, y ahora menos que nunca, pero se que hay quienes lo piensan, incluso hay quienes me lo han dicho.

Vivimos en una cultura de la acumulación de la que somos prácticamente esclavos, y nunca tenemos suficiente, siempre queremos más, porque ya que llegamos a subir un escalón, a este le sigue otro, y a ese otro, y así sucesivamente casi hasta el infinito, así que la carrera nunca se acaba, el consumo nunca se acaba, la rata dando vueltas en la rueda de su jaula nunca para, y aunque lo parece, no avanza.

Hoy inicié de nuevo labores después de unas breves vacaciones, y aunque nunca me tomo muy en serio lo de los propósitos de año nuevo, seguiré con los de siempre, que básicamente se resumen en vivir la vida a mi manera, con mis propias reglas, y lo menos posible a partir de las de los demás. Muy feliz año a todos, y que en este 2025 haya suficiente trabajo, ni muy poco para que pasemos necesidades, ni demasiado para que creemos nuevas y nos volvamos esclavos de estas.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.