
Miro estas imágenes y no busco una línea recta entre una y otra, porque no la hay. Lo que encuentro es una especie de respiración distinta en cada foto, como si el cuerpo hubiese aprendido a ocupar el espacio de otra manera. No es una transformación épica ni una historia de antes y después diseñada para convencer a nadie. Es más bien un ajuste interno, silencioso, casi terco. En una aparece una mujer apagando velas con cuidado, midiendo el deseo antes de soltarlo. En otra, una sonrisa bajo un paraguas que no protege del todo, pero alcanza. En la última, una escena doméstica donde el tiempo parece detenerse lo justo para recordarme que pertenezco a algo. En un año no cambié de piel, cambié de ritmo. Dejé de correr detrás de versiones ideales de mí misma y empecé a caminar con lo que tenía. Y lo que tenía no era poco, aunque durante mucho tiempo me convencí de lo contrario.
Basta un año para aprender a no pedir permiso por ocupar lugar. No fue un aprendizaje bonito ni ordenado. Hubo días de torpeza, de contradicción, de cansancio que se pegaba a los huesos. También hubo una toma de conciencia incómoda: muchas de mis decisiones anteriores estaban hechas para no incomodar a otros. En ese año entendí que adaptarme constantemente tenía un costo que siempre pagaba yo. No me volví más dura, como a veces se cree. Me volví más clara. Empecé a decir no sin explicaciones largas, a decir sí sin culpa, a sostener silencios sin llenarlos de excusas. La mujer que soy ahora no es más valiente, es menos complaciente. Y eso cambia todo, incluso la forma en que miro una fotografía antigua sin sentir vergüenza ni nostalgia impostada.



Rara vez se habla del desgaste invisible. No el que deja marcas evidentes, sino el que se acumula en gestos pequeños, en la manera de sentarse, de mirar al suelo, de posponer lo propio. Ese desgaste fue el que decidí atender durante este año, aunque nadie lo celebrara. No hubo aplausos ni grandes gestos externos. Hubo conversaciones difíciles conmigo misma, decisiones prácticas, renuncias discretas. Hubo una maternidad pensada desde un lugar más honesto, menos heroico. Hubo una pareja vista sin idealización, con afecto real y fricción real. Entendí que cambiar no siempre se nota desde afuera, pero se siente con una contundencia íntima. Como cuando el cuerpo deja de tensarse sin que una se dé cuenta del momento exacto.
A veces pienso en Euphoria no como una serie, sino como una atmósfera emocional. Ese ruido interno constante, esa sensación de estar aprendiendo a vivir con lo que duele sin convertirlo en espectáculo. Durante este año dejé de narrarme como personaje y empecé a habitarme como persona. Suena simple, pero no lo es. Implica aceptar incoherencias, aceptar límites, aceptar que no todo tiene resolución ni mensaje final. Implica dejar de mirarse desde afuera todo el tiempo. En ese proceso perdí cierta ingenuidad, sí, pero gané una lucidez tranquila. Ya no necesito explicarme tanto. Ya no necesito demostrar que estoy bien. Me basta con estarlo a ratos, y con reconocer cuando no.




Zanjé una idea que me acompañó demasiado tiempo: la de que cambiar debía ser visible para valer. Hoy sé que un año puede modificar la arquitectura interna de una mujer sin alterar demasiado su superficie. Las fotos lo muestran y no lo muestran. La sonrisa es distinta, la postura es distinta, la forma de estar con otros es distinta. No hay moraleja, no hay cierre redondo. Hay continuidad, que es más honesta. Seguir siendo, pero con menos ruido ajeno y más criterio propio. Si algo aprendí en este año es que cambiar no siempre es convertirse en otra, sino volver a una misma con menos capas innecesarias. Y eso, aunque no se note a simple vista, pesa. Para bien.

All photographs and content used in this post are my own. Therefore, they have been used under my permission and are my property.
View or trade
LOHtokens.@ladiesofhive, you successfully shared 0.1000 LOH with @chris-chris92 and you earned 0.1000 LOH as tips. (2/50 calls)
Use !LADY command to share LOH! More details available in this post.
View or trade
LOHtokens.@chris-chris92, You have received 1.0000 LOH for posting to Ladies of Hive.
We believe that you should be rewarded for the time and effort spent in creating articles. The goal is to encourage token holders to accumulate and hodl LOH tokens over a long period of time.