Metas para el 2025: Dejar de ser una mujer insegura [ES | EN]

En diciembre me he vuelto nostálgica pero también creerme lo que valgo, que no necesito de un hombre para ser feliz sino estar feliz conmigo misma. Diciembre es un mes bonito que me ha tratado muy hermoso para reconocer que soy una mujer feliz que merece muchas cosas buenas y yo misma estaré dispuesta de hacerla feliz, de quitarle esos miedos e inseguridades que tiene en su vida. Tratar que la situación de Venezuela no la cambie, porque sigue siendo la misma joven venezolana que anhela su país libre, con libertad de expresión y tener un cambio de país donde sus gobernantes y el presidente que tenemos se vaya una vez por toda. Yo sigo siendo Venezuela, la de hace años, la que quiere seguir en medio de las dificultades, la que quiere seguir adelante y alcanzar sus sueños en medio de una crisis política, humanitaria, social y económica.

Una mujer que extraña a sus tías en Mérida,Venezuela, a sus primas por parte de las dos familias. Que extraño a mi hermano mayor y jugar con mis sobrinos este diciembre. Donde todavía veo a mi sobrino alberto jugar con las ovejas que adornan el pesebre que es una tradición familiar en nuestro hogar, porque me tocó nacer en una familia de los andes Venezolanos, que agradezco con amor que me contagiaran de esa costumbre, mientras, que en otros hogares venezolanos tienen el árbol de navidad.

Mientras otros esperan su regalo de navidad debajo del árbol de navidad, yo le agradezco a Dios por permitirme estar viva, con salud, que mis articulaciones y músculos me funcionan para poder ejecutar los movimientos y poder caminar. Que mis músculos respiratorios funcionan y hacen que respire bien. Que mis órganos están bien aunque tenga una tos encima. Que puedo ver a mi mamá todos los días y abrazar a papá cuando llega del trabajo, donde me trae galletas y me consiente como una niña pequeña como siempre. Tengo todo el amor que puedo tener.

In December I have become nostalgic but also believe what I am worth, that I don't need a man to be happy but to be happy with myself. December is a beautiful month that has treated me very beautiful to recognize that I am a happy woman who deserves many good things and I myself will be willing to make her happy, to take away those fears and insecurities that she has in her life. Trying that the situation in Venezuela does not change her, because she is still the same young Venezuelan woman who longs for her free country, with freedom of expression and to have a change of country where her rulers and the president we have will leave once and for all. I am still Venezuela, the one from years ago, the one who wants to go on in the midst of difficulties, the one who wants to move forward and achieve her dreams in the midst of a political, humanitarian, social and economic crisis.

A woman who misses her aunts in Merida, State of Venezuela, her cousins from both families. Who misses my older brother and playing with my nephews this December. Where I still see my nephew Alberto playing with the sheep that decorate the manger that is a family tradition in our home, because I was born in a family of the Venezuelan Andes, which I thank with love that I was infected with that custom, while in other Venezuelan homes have the Christmas tree.

While others wait for their Christmas present under the Christmas tree, I thank God for allowing me to be alive, healthy, that my joints and muscles work so that I can move and walk. That my respiratory muscles work and make me breathe well. That my organs are fine even if I have a cough on top of them. That I get to see my mom every day and hug dad when he comes home from work, where he brings me cookies and spoils me like a little girl as always. I have all the love I can get.