La jardinería, tener huertas y cultivar la tierra son una especie de meditación MUY EFECTIVA.
Cuando piensas que tu mente es como la tierra que estas cultivando, te das cuenta que en ella también crecer plantas que deseas tener y plantas que no deseas tener y que además le quitan espacio a las primeras.
Te das cuenta que la mente, así como la tierra debe ser constantemente regada, porque sino nada crece en ella, únicamente lo que no deseas (una que otra vez te sorprende con algo agradable incluso cuando no la riegas, pero es menos probable que esto ocurra).
Te das cuenta de que de vez en cuando, uno que otro ser que no quieres viene a visitarla y entonces se lleva aquello que tanto has cuidado y otra veces otros seres más bondadosos traen polen y semillas que permiten seguir embelleciendo tu jardin, tu tierra, tu mente.
Es interesante porque necesita agua y calor (sol) que son básicamente amor, necesita atención, necesita limpieza y muchas otras cosas que si sigo mencionandolas y lo miras profundamente, se desdibuja la idea de si continúo hablando de una huerta o si realmente empecé a hablar de la mente.
Es una actividad maravillosa la de tener tu propia huerta, porque también te permite cultivar tu propia mente y que sea mucho más beneficiosa para tu vida.
Abrazo.
Gracias por la visita @karmadorje, y por tus sabias palabras. Que bueno que quien lea este post pueda luego nutrirse también con tu reflexión. Gracias por compartir.