La versión en Español se encuentra debajo.
Have you ever had the feeling that you don't know what else to do to occupy your children?
Do you need to do something and you can't do it because it seems impossible to concentrate?
You are too tired but your little one never seems to run out of battery power?
Then the cell phone, TV, video games, or all kinds of screen material appears in any presentation, and you let him/her consume these contents because they allow you a pause to breathe, take care of what you can't do while you attend to his/her demands and/or attention needs, or just to slow down his/her physical pace... then you feel that these resources (the screens) are your allies, that they help you and play for your team.
Source
Did it happen to you?
It has to me!...in fact, it happens to me all the time.
The problem with this situation is that the use of screens on girls and boys (especially under five) is contraindicated by the entire field of pediatric health and by the World Health Organization...
But... why?
Well, this is because the infant brain is designed to learn in a sensory way, using all the senses and the whole body, and this way of learning is only possible through interaction with the world.
This means that, by limiting brain activity to the stimuli provided by the smartphone or TV, we are depriving our children of the possibility of exploring, discovering and solving the problems that arise in their environment, and therefore, we also deprive them of the possibility of developing their most important physical and intellectual abilities, because despite being constantly receiving information, what is captured from the TV or phone does not translate into developed skills to put into practice in the real world (especially before the age of two).
Similarly (and perhaps most importantly), the constant exposure of young children to screens is an obstacle to psycho-emotional development, especially when they are used as distracters.
In this sense, this does not refer to what toddlers do while watching screens, it refers to what they stop doing when we offer the screen as an alternative to a tantrum, discomfort or uncomfortable situation: developing frustration tolerance and creating mental structures related to emotional self-regulation, crucial for the overall well-being of our whole life.
These are some of the elements we should consider:
The American Academy of Pediatrics finds that screen time consumed by infants before the age of eighteen months has lasting negative effects on language development, short-term memory, and reading.
Young children who watch TV or spend a lot of time using apps (even so-called "educational" ones) are more likely to develop attention problems by school age.
Health experts recommend that before the age of two, children should not have ANY interaction with screens. And from age two through age five, only 1 hour of screen time per day is recommended.
Screen time is one of the leading causes of children's sedentary lifestyles and poor sleep habits.
Contrary to the ages prior to two years old, from this moment it is possible for children to acquire certain knowledge and skills through educational screen content, for this reason it is very important that we make sure that what they see or interact with is of high quality and contributes to their development.
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"It's just that he likes it" and "It's the only thing that calms him down"
Two of the most often heard phrases about why our children see screens frequently throughout the day, and of course, it's a quick way out in the face of the high level of attention that early childhood demands, especially when we feel overwhelmed by everything around us. Parenthood is not easy, so I don't judge any parenting.
However, in my case, I try to learn as much as possible about each area of development, to improve my experience as a mother and as a teacher every day, and to be able to give my daughter the best possible chance of well-being.
BUT, this is easier said than done, because it implies putting more physical and mental effort into our work as guides and companions of the integral growth of another human being. What a responsibility!
Reflect and try, some days you will succeed, some days you won't, don't blame yourself, enjoy and grow with them, we are also growing.
♥♥♥
Versión en Español.
¿Has tenido la sensación de que ya no sabes qué más hacer para ocupar a tus niños o niñas?
¿Necesitas hacer alguna cosa y no lo logras porque concentrarse parece algo imposible?
¿Estás demasiado cansado/cansada pero a tu pequeño/pequeña parece que nunca se le acaba la batería?
Entonces aparece el celular, el televisor, los videojuegos, o todo tipo de material de pantalla en cualquier presentación, y le dejas consumir estos contenidos porque te permiten una pausa para respirar, ocuparte de lo que no puedes hacer mientras atiendes sus demandas y/o necesidades de atención, o sólo para frenar su ritmo físico... entonces sientes que estos recursos (las pantallas) son tus aliados, que te ayudan y juegan para tu equipo.
Fuente
¿Te ha pasado?
¡A mi sí!... de hecho, me pasa constantemente.
El problema de esta situación es que el uso de pantallas en niñas y niños (especialmente en menores de cinco años) está contraindicado por toda la esfera de la salud pediátrica y por la Organización Mundial de la Salud...
Pero... ¿por qué?
Bien, esto se debe a que el cerebro infantil está diseñado para aprender de forma sensorial, utilizando todos los sentidos y todo el cuerpo, y esta forma de aprendizaje sólo es posible a través de la interacción con el mundo.
Esto quiere decir que, al limitar la actividad cerebral a los estímulos que proporciona el smartphone o el televisor, estamos privando a nuestros niños y niñas de la posibilidad de explorar, descubrir y resolver los problemas que se presentan en su entorno, y por ende, también le privamos de la posibilidad de desarrollar sus capacidades físicas e intelectuales más importantes, pues a pesar de estar recibiendo información constante, lo captado de la TV o el teléfono no se traduce en habilidades desarrolladas para poner en práctica en el mundo real (en especial antes de los dos años).
Y del mismo modo (y tal vez esto sea lo más importante), la exposición constante de niños pequeños a pantallas supone un obstáculo para el desarrollo psico-emocional, especialmente cuando éstas son utilizadas como distractores.
En este sentido, esto no se refiere a lo que los pequeños hacen mientras ven pantallas, se refiere a lo que dejan de hacer cuando ofrecemos la pantalla como una alternativa ante una rabieta, malestar o situación incómoda: desarrollar tolerancia a la frustración y crear estructuras mentales relacionadas con la autorregulación emocional, cruciales para el bienestar integral de toda nuestra vida.
Estos son algunos de los elementos que debemos considerar:
La Academia Americana de Pediatría considera que el tiempo de pantalla que los y las bebés consumen antes de los dieciocho meses tiene efectos negativos durables en el desarrollo del lenguaje, la memoria a corto plazo y la lectura.
Los niños y niñas pequeños que ven TV o pasan mucho tiempo usando aplicaciones (incluso aquellas llamadas "educativas") tienen mayor posibilidad de desarrollar problemas de atención a llegar a la edad escolar.
Los expertos en salud recomiendan que antes de los dos años, los niños no deben tener NINGÚN tipo de interacción con pantallas. Y a partir de los dos y hasta los cinco años, sólo se recomienda 1 hora de tiempo de pantallas al día.
El tiempo de pantallas es una de las principales causas del sedentarismo infantil y de los malos hábitos de sueño.
Contrario a las edades previas a los dos años, a partir de este momento sí es posible que los niños y niñas adquieran ciertos conocimientos y destrezas a través del contenido de pantallas educativo, por esta razón es muy importante que nos aseguremos de que lo que ven, o con lo que interactúan sea de alta calidad y aporte a su desarrollo.
"Es que le gusta" y "Es lo único que lo calma"
Dos de las frases más sonadas sobre por qué nuestros niños y niñas ven pantallas frecuentemente a lo largo del día, ¡y claro!, es una salida rápida ante el alto nivel de atención que exige la primera infancia, en especial cuando nos sentimos sobrepasadas por todo a nuestro al rededor. La maternidad y la paternidad no son fáciles, por eso no juzgo ninguna crianza.
Sin embargo, y en mi caso, trato de informarme lo más posible sobre cada área de desarrollo, para mejorar cada día mi experiencia como madre y como maestra, y para poder brindarle las mayores posibilidades de bienestar a mi hija.
PEEERO, esto es más sencillo decirlo que hacerlo, porque implica poner un mayor esfuerzo físico y mental a nuestro trabajo como guías y acompañantes del crecimiento integral de otro ser humano. ¡Qué responsabilidad!
Reflexiona e inténtalo, algunos días lo lograrás, otros no, no te culpes, disfruta y crece con ellos y ellas, que también estamos creciendo.
♥♥♥