¡Qué rico perder el miedo!

¿Recuerdan los días emotivos de los que les hablé? Pues seguimos en eso, en un vayvén de emociones, tengo una sensación sumamente extraña pero positiva en mi cuerpo, y les vengo a contar un poco del por qué.

Les comenté en un post anterior que una de nuestras aprendices reventó a llorar por una caída que no lograba hacer porque estábamos trabajando a una altura mayor, lo que la llevó a sentir una inmensa frustración y solo supo llorar para drenarlo, lo cual está bien, incluso yo misma he tenido unos pequeños bajones, pues el rol de instructora te convierte en el ejemplo a seguir, lo cual a veces hace que me decepcione un poco de mi misma cuando el miedo me domina.

Luego de superar esos bajones, en la clase del día martes, el profesor @roninvsa no enfocó la clase en otra cosa que no fuera dominar esas caídas. ¡OBJETIVO LOGRADO! Y es aquí donde entra esta extraña sensación, de sentir lo que es la VIDA y VIVIRLA. Entre dos aprendices y yo, incluida Flabulosa, nos mirábamos como arrojando el turno una a la otra, pues el miedo estaba presente. Días anteriores, practicando otra caída también muy compleja, me dejó una sensación de seguridad, de que si hice esa podría intentar la que les presentaré a continuación, alenté a las chicas a hacer esa primero, que me hizo perder un poco el temor.