Me Reinvento la Vida | Reinventing my life

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Recuerdo la primera vez que escuché esa expresión, hace más de 15 años. En ese momento, tenía un trabajo que amaba y disfrutaba, gerenciando ventas en la industria farmacéutica. Sin embargo, mi vida personal era un verdadero caos. Me sentía como el más torpe de los malabaristas, tratando de encontrar el equilibrio con respecto a las otras facetas de mi vida: ser esposa, madre, hija, mujer...cuidar de mi salud, de mi hogar, y demás. En verdad, me sentía infeliz, y encontraba mil culpables, mil causas para mi insatisfacción, todos lejos de mi control. No había nada que yo pudiera hacer para cambiar mi situación. Cada día me sentía más cansada, más enferma y más descontrolada. Los antidepresivos, los suplementos energéticos, las dietas...nada lograba generar el bienestar que tanto necesitaba.

¿Qué significa Reinventarse la Vida??? Para mi, Reinventarse no significa cambiar la persona que soy, mi verdadera esencia. Más bien significa que puedo cambiar mi forma de ser y de estar en el mundo, en armonía con los desafíos que me impone la vida. Con frecuencia, involucra salir de mi zona de confort, y enfrentar mis más profundos temores con entereza y equilibrio.

El autor aborda el tema invitando a la reflexión con la siguiente pregunta: “¿Qué hacer cuando las cosas no suceden como nos gustaría que sucedieran?” Se por experiencia que esta situación pudiera llegar a paralizarnos: una enfermedad, una relación de pareja que no cumplió las expectativas, un hijo no planificado, una situación laboral desmotivante, la muerte de un ser querido… En todas estas circunstancias nuestra vida da un giro inesperado, un cambio para el que no estamos preparados. Entonces, el futuro parece incierto, lo que produce mucho temor y puede llegar a paralizarnos. La ansiedad impide que visualicemos la situación con objetividad. En esa condición ya no somos capaces de pensar con claridad.

Creo que no hay frase mas triste en la vida que decir: “no hay nada que pueda hacerse”. En mi caso, suelo asociar esta frase con la muerte. Recuerdo el triste momento en el que el Dr. David Arana analizaba los resultados de un gran lote de estudios médicos realizados a mi amada TATA. Con rostro de empatía, pero con mucha seguridad pronunció la fatídica frase. Por supuesto, me negué a aceptarlo. Con la confianza y amistad que me unían al cirujano, y el conocimiento del ámbito médico ganado en la industria farmacéutica, refute, proponiendo varias opciones de tratamiento que pudieran salvar a mi TATA. Lamentablemente, en esta situación tan avanzada de la patología, en realidad “no había nada que pudiera hacerse” para detener la proximidad de la muerte.

Años después de ese triste evento, no puedo dejar de asociar la frase fatal con la muerte. Para mi, esto significa que siempre se puede hacer algo para superar un obstáculo. Aprendí que, incluso la muerte puede ser superada, pues, aunque TATA se encuentra en el sueño profundo, he podido superar su ausencia y aprender de ella.