[ENG-SPN] Those Gugenheim tulips / Aquellos tulipanes del Gugenheim

I remember that a few years ago, during one of my first visits to that example of the fortunate waste of modern urbanity with which a city, like Bilbao, had the graceful fortune of washing its face and discarding its primitive, gray into the puddles of History. and melancholic appearance, one of the details that most caught my attention, left just a few meters behind the modern structure of the Calatrava bridge, was the vision of the monumental tulips that decorated the exteriors of the no less monumental and futuristic building that houses the facilities from the world-famous Gugenheim Museum.

In my first impression and once I recovered the objectivity, lost until then, in those gigantic bouquets, whose colors, brilliant like a psychedelic experience, attracted like a magnet, I thought, if perhaps their author, the artist Jeff Koons, had taken into account , certain attributions, based on that traditional mythology that always involves the mysterious aspects of Nature and that, in certain exotic places, such as India or ancient Persia, were considered the symbol of unrequited and therefore unhappy love. And I also thought, in those moments of rudimentary commiseration, that tulips, in some way, simply represent life, which, when looked at closely, is nothing more than a complex story, precisely that: of love and heartbreak.

Recuerdo que hace unos años, durante una de mis primeras visitas a ese ejemplo de afortunado derroche de urbanidad moderna con la que una ciudad, como Bilbao, tuvo la agraciada fortuna de lavarse la cara y desechar en los charcos de la Historia su primitivo, gris y melancólico aspecto, uno de los detalles que más me llamó la atención, dejado apenas unos metros atrás la moderna estructura del puente de Calatrava, fue la visión de los monumentales tulipanes que decoraban los exteriores del no menos monumental y futurista edificio que alberga las instalaciones del mundialmente conocido Museo Gugenheim.

En mi primera impresión y una vez recuperada la objetividad, perdida hasta entonces, en esos gigantescos ramos, cuyos colores, brillantes como una experiencia psicodélica, atraían como un imán, pensé, si quizás su autor, el artista Jeff Koons, había tenido en cuenta, ciertas atribuciones, basadas en esa tradicional mitología que envuelve siempre a los misteriosos aspectos de la Naturaleza y que, en ciertos lugares exóticos, como la India o la antigua Persia, consideraban como el símbolo del amor no correspondido y por lo tanto, desgraciado. Y pensé también, en aquellos momentos de rudimentaria conmiseración, que los tulipanes, de alguna manera, representan simplemente la vida, que, bien mirada, no es, sino una compleja historia, precisamente de eso: de amor y de desengaño.

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