Esta publicación me agarró en un momento un poco tenso para mí. Fue inevitable para mí evitar que las lágrimas salieran.

Yo tuve una infancia donde mi padre fue quien estuvo el 200% del tiempo para mí y se dedicó a velar por mí desde que nací. Soy su único hijo y creo que he allí el motivo por el que me ha hecho sentir tan especial y amado. Es una persona muy humilde y ni siquiera logró terminar sus estudios de bachillerato, pero aún así se las arregló para darme una infancia no llena de lujos, pero sí de felicidad y bastante cariño. No tuve la dicha de vivir con él y tampoco con mi madre debido a ciertos acontecimientos en mi vida, pero aún así él se intentaba mantener cercano a mí cada vez que podía y, si bien aún me queda una larga vida por delante y muchísima madurez por adquirir, puedo valorar completamente toda esa buena intención que él ha tenido y me encantaría remunerarle todo eso que él ha hecho por mí.

Hoy en el día de las madres decidí hacerle un pequeño regalo a la mía, pero lastimosamente no fue tan bien recibido como pensé y hasta ahora solamente he pensado en ese rechazo indirecto y me acompaña una sensación de insuficiencia bastante agobiante y amarga que no me deja más que solamente mantener distraído mi cerebro afligido. Leer esto mientras estoy así me recuerda que todos pasamos por cosas distintas y que solo nos queda afrontarlas y asimilarlas de la forma más madura posible.

Lamento mucho lo de tu padre. Ojalá esté en un lugar mucho mejor. Es un sentimiento que hasta ahora no puedo decir que lo entiendo, pero a pesar de todo el tiempo que pueda pasar, la sensación ha de ser terrible. Igualmente es un escrito muy hermoso y estoy seguro de que debe estar orgulloso de tener a una hija que lo recuerda con tanto amor.
Un hombre que definitivamente hizo bien, y usted ya una señora igual de admirable por corregir los errores de hace muchísimos años y mantenerse firme a pesar de ello.

Un abrazo.