La tecnología está estrechamente relacionada con nuestro día a día, sea por razones laborales, académicas, familiares... es difícil pretender querer hacer una vida sin ella cuando se encuentra por todos lados, a veces impresiona hasta qué punto tenemos que estar conectados a ella por obligación.
Sí es cierto que uno debe tratar de encontrar un balance y no permitir que el mundo de la tecnología nos consuma, pero por lo menos en mi caso dependo de la tecnología para comunicarme mejor con mis familiares cercano que se encuentran lejos y usamos videollamadas como un mecanismo de encuentro.
Sin embargo, no hay que perder de vista el objetivo mayor, la tecnología al menos para mí es una herramienta para conseguir algo, no ese algo en sí mismo, por ello hay que dejarla de lado cuando haga falta para disfrutar de todo lo que la vida puede llegar a ofrecernos.
Muy buena publicación para la reflexión.
Nos hemos vuelto tan dependientes de la tecnología, por sobradas razones, todas justificadas, que hemos llegado al punto de depender tanto de ella que nos vamos olvidando de prestar atención a detalles tan simples, como por ejemplo, compartir un almuerzo en familia sin teléfonos en la mesa, y lo digo, porque caigo en eso reiteradas veces.
Muchas veces cuando falla el internet, cuando nos quedamos sin batería, hasta cuando se va la luz, entonces nos damos tiempo de asomarnos al jardín y admirar otras cosas. Así nos va pasando con todo, con la familia, con los amigos, incluso con nosotros mismos. No es desecharla, es imposible, es intentar lograr el equilibrio.
Gracias Gaby por tu comentario, saludos.